El mundo del deporte está en constante evolución. De un año a otro, de una temporada a otra, vas al gimnasio y te das cuenta de que el calendario de actividades grupales ha variado por completo y cuenta con clases de las que probablemente ni habías escuchado hablar antes. De la misma forma, en la sala de musculación también los aparatos empleados en los entrenamientos van evolucionando y puedes llegar un día y estar completamente perdida al respecto.
Para ello lógicamente están los entrenadores y personal del gimnasio, que te ayudarán y aconsejarán, e incluso te harán la correspondiente tabla de entrenamiento para guiarte en el día a día y para saber exactamente qué ejercicios tienes que hacer cada día. No obstante, algunas de vosotras, ya sea por trabajo, por motivos económicos, o simplemente porque no va con vosotras, no os planteáis pisar un gimnasio. Pero eso no implica, en ningún caso, que estéis en peor forma o tengáis menos fondo físico que una persona que se pasa varias horas metida en un gimnasio o acude al mismo varios días por semana.
Hacer ejercicio en casa es una opción igualmente válida, incluso muchas veces mucho más efectiva. Como en todo, hacer deporte en casa tiene sus ventajas y tiene sus inconvenientes. ¿Entre estos últimos? Que es completamente inviable, a menos que tu poder adquisitivo te lo permita, que en ese caso puede incluso que tengas un entrenador personal, que tengas varios aparatos en casa. Puedes tener una bici estática, una bici elíptica o incluso una cinta de correr, junto a unas mancuernas o una cinta elástica, pero no todo lo que alberga un gimnasio.
No obstante, dejando a un lado esto, que se puede solventar rápidamente saliendo a correr o caminar o montando en bici, hacer ejercicio en casa tiene múltiples beneficios. Eso sí, también requiere una fuerza de voluntad muchísimo mayor que cuando vas a un gimnasio: desde por el hecho de que 'no pierdes dinero' hasta por el hecho de que no tienes ciertos horarios con los que cumplir, por lo que puedes hacer más pereza o terminar dejándolo para un 'luego' que nunca llega.
4 razones para hacer ejercicio en casa
Pero hay que hacer un esfuerzo. Hay que sacar fuerza de voluntad. Algo que te puede ayudar muchísimo y teniendo en cuenta el poder que ejerce la mente sobre tu cuerpo, es tomar conciencia seria y verdadera de que quieres conseguir un objetivo, ya sea perder peso, tonificar tu cuerpo o simplemente sentirte bien y estar en forma, visualizarlo y hacerte fuerte porque eso es lo que tú quieres conseguir y solo tienes un camino para ello.
Un esfuerzo que harás desde tu hogar, algo que cuenta con varias ventajas que te harán ese entrenamiento mucho más sencillo y, como es lógico, mucho más económico.
- Un gimnasio sin horarios. Aunque lógicamente hay momentos a lo largo del día en los que no deberías hacer ejercicio como inmediatamente después de las comidas o justo antes de ellas cuando tu cuerpo ya empieza a requerirte esa energía que aportan los alimentos, tu entrenamiento podrás ser cada a la hora que mejor te venga en función de tus obligaciones diarias. De tal manera que un día podrás entrenar por la mañana y otro por la tarde sin ningún problema.
- Unos ejercicios a medida en un sitio a medida. Cuando una va al gimnasio, puede ser que no entiendas las máquinas, puede ser que no te sientas cómoda con ciertos ejercicios o puede que no estés cómoda viéndote ahí en el espejo o con gente desconocida a tu alrededor. El pudor puede ser la mejor excusa para no ir al gimnasio. Pero estando en casa, la cosa cambia por completo. Puedes escoger los ejercicios que mejor se adaptan a ti, cambiándolos o modificándolos sobre la marcha. De tal manera que lo más adecuado es que primero escojas los ejercicios que deberías hacer en función de la parte del cuerpo que quieras tonificar o ejercitar y vayas probando cada día una rutina hasta que encuentres aquella en la que te encuentres más cómoda.
- Puedes disfrutar de un rato de ocio. Cuando una va al gimnasio, por regla general sueles ir con tus cascos para escuchar la radio o escuchar la música que te apetezca, o incluso puedes aprovechar para hablar por teléfono y ponerte al día con los tuyos. Cada vez los gimnasios son sitios 'más cómodos' por lo que ahora hay incluso algunos que cuentan con televisiones individuales en las que puedes ver la cadena que quieras. Ahora bien, además de que, por lo general, este tipo de gimnasios son de un nivel superior, quizá allí la distracción sea mayor. Estando en casa, puedes ponerte la música que quieras, al volumen que quieras; o bien puedes aprovechar para ver tu serie preferida o esa película que llevabas tiempo queriendo ver.
- Ahorro de tiempo y dinero. Y para terminar, por supuesto, el ahorro. En los tiempos que corren cualquier tipo de ahorro siempre es bienvenido. Hacer ejercicio en casa, lógicamente, te supone un gran ahorro. Más allá a lo mejor de que te compres una cinta elástica o una colchoneta para no hacer los ejercicios sobre una alfombra o directamente sobre el suelo, a largo plazo todas esas mensualidades suponen un grandísimo ahorro. Y por supuesto e tiempo: ese ir y venir del gimnasio te lo ahorras y además no tienes que estar pensando en coger la mochila del gimnasio y no olvidarte nada en casa o en el gimnasio.
Evidentemente, aunque todo esto sea muy positivo, también tienes que pensar en si realmente vas a ser capaz de hacerlo. Esto es, no puede ser que una semana te esfuerces al máximo y realices tu tabla de ejercicios cinco días seguidos y la semana siguiente únicamente lo hagas tres veces, la siguiente una y ya la siguiente ninguna. Tienes que aprender a coger una rutina real, dentro de tus horarios y tus quehaceres, pero una rutina más o menos estable. Solamente así conseguirás llegar a tu objetivo, sea este el que sea. Y, por supuesto, todo ello combinado con una correcta y equilibrada alimentación.