La leche de vaca es uno de los alimentos de origen animal más consumidos a lo largo de la historia. Hay que recalcar que es el primer alimento que se ingiere cuando uno nace. Es un producto natural y tradicional y es uno de los alimentos más completos ya que contiene proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Tomar leche de vaca desde que la niñez ayuda al desarrollo ya que aporta nutrientes imprescindibles para el crecimiento.
En los últimos años la leche de vaca ha sufrido una campaña contra su consumo porque han surgido nuevas teorías de que puede ser perjudicial para nuestra salud. Si es verdad que en algunos casos concretos como alergias o intolerancias no es recomendable consumir leche de vaca. Para aquellas personas que no pueden consumir leche de vaca hay otros tipos de leche vegetales que sí pueden consumir como la de avena, almendra o arroz.
Existe una gama muy amplia de tipos de leche de vaca y cada uno consume la que más se adapta a sus necesidades. De la leche de vaca derivan casi todos los productos lácteos como el yogur, nata, queso o mantequilla, al igual que la encontramos en los helados, pasteles o cremas. Es, por tanto, un producto consumido por todos, en cierta medida. Y aunque todo el mundo la consume, no todos tenemos el mismo grado de asimilación de los componentes de la leche y, por eso, la industria alimentaria oferta otros productos derivados de la leche con características propias.
Cuando hablamos de los tipos de leche, la diferencia entre los tres productos son la cantidad de grasa que aportan. La entera posee por cada 100 militros, 3,9 gramos de grasa, la semi 1,7 y la desnatada 0,1. Al eliminar la grasa se eliminan también las vitaminas liposolubles como la A, D y E. Por tanto, en la leche desnatada desaparecen totalmente mientras que las otras dos las mantienen practicamente. Sin embargo, en cuanto al aporte de proteínas, calcio, fósforo, magnesio y vitaminas B no hay diferencia entre los tres tipos. Un vaso de leche entera cubre cerca del 5% del gasto energético medio de un hombre adulto, pero aporta el 20% de la ingesta recomendada de calcio y otros nutrientes.
PRINCIPALES TIPOS DE LECHE DE VACA
Leche entera
Es el tipo de leche que contiene mayor grasa, y, por tanto, la que tiene más sabor. Contiene un elevado porcentaje de colesterol así que no es recomendable su consumo para la gente con el colesterol alto. La consumen principalmente los niños, las mujeres embarazadas y los deportistas, ya que es la que más nutrientes tiene de todas.Es beneficiosa para la salud porque previene la osteoporosis al mantener los huesos fuertes y sanos por la cantidad de calcio que mantiene. Y la leche entera tiene muchas más calorías que las demás y tiene 62 calorías cada 100 ml. Así que, una taza de 250 ml de leche entera contiene 155 calorías.
Leche semidesnatada
La característica principal de este tipo de leche es que elimina parcialmente el contenido graso de la leche. En otras palabras, es la misma leche entera pero mucho más ligera y con algo menos de sabor. Los expertos la recomiendan como la más saludable y apropiada, ya que tiene apenas grasa y mantiene todas las vitaminas, cosa que la desnatada no. Además, no es necesario tomar leche desnatada cuando se está a dieta, y la semi sigue siendo la mejor opción.La leche semidesnatada tiene menos calorías que la entera y tiene 45 calorías cada 100 ml. Por tanto, tiene 112 calorías una taza de 250 ml de leche semidesnatada.
Leche desnatada
Este tipo de leche no tiene materia grasa y es idónea para las personas que quieren tener un control absoluto y una restricción de calorías en su dieta. Su sabor es mucho más neutro por haberse eliminado la nata de la leche y tiene una textura diferente. Además, es la indicada para las personas que padecen de colesterol alto.
La leche desnatada es, por tanto, la que menos calorías tiene. Por cada 100 ml tiene un total de 30 calorías. Al ingerir una taza de 250 ml se consume un total de 75 calorías.
Los lácteos en general y, concretamente, la leche, son alimentos que ayudan a conseguir la tasa diaria de calcio. Según el sexo y la edad, el consumo recomendado de lácteos es de dos a cuatro raciones diarias.
RESPECTO AL SABOR
Aunque la gran mayoría de los consumidores de leche la compran en brick, la leche fresca está considerada como la que tiene más sabor. La leche fresca es generalmente leche pasteurizada en la que se ha destruído todos los microorganismos por calentamiento. El proceso de pasteurización es el que somete a la leche a un aumento de temperatura hasta los 63º y es el tratamiento que usa la temperatura más baja. Aunque solo duren 48 horas en la nevera una vez abiertas, conservan todas las características fisicoquímicas sin afectar a ni al sabor ni a la proporción de vitaminas.
En cambio, la leche de brick está esterilizada o es UHT porque pasa por temperaturas muchos más elevadas y, aunque dure más tiempo abierta, ese proceso hace que se pierdan muchas más vitaminas y afecten al sabor y al color. El proceso de leche esterilizada llega a calentar la leche hasta a 110º. Una de las consecuencias de este tratamiento es que se caramelizan los azúcares de la leche (lactosa).
ALTERNATIVAS A LA LECHE DE VACA
Para las personas que no consumen alimentos de procedencia animal o que son intolerantes a la lactosa o alérgicos al gluten, hay más tipos de leche aparte de la de vaca y que tienen origen vegetal.
La leche vegetal carece absolutamente de lactosa aunque alunas pueden llevar gluten. Además, tienen una textura y un sabor completamente diferente, aunque algunas marcas intentan imitar al de la leche de vaca. Las más comunes son:
Leche de soja
Es la leche más consumida vegetal y la más extendida, pionera en abrir camino al consumo alternativo de leche. Es la que más porteínas contiene, además de aminoácidos esenciales. También contiene lecitina, un combatiente contra el colesterol.Contiene por cada 100ml un total de 45 calorías. Un taza de leche de soja tiene en total de 112 calorías.
Leche de almendras o avellanas
Son más calóricas porque aportan grasa favorable. Ricas en fósforo y calcio, que hacen prevenir la osteoporosis. Es ideal para las personas con estreñimiento porque tienen un alto contenido en fibra y para las personas con hipertensión o retención de líquidos porque es baja en sodio. La leche de almendras tiene 25 calorías por cada 100 ml y la de avellana 50 calorías por cada 100ml.
Leche de arroz
Está elaborada a base de granos de arroz frescos, molidos y cocidos que después se han fermentado. Es una bebida bastante ligera y dulce y de fácil digestión. Es menos calórica que la leche de soja. Tiene las mismas calorías que la leche semidesnatada.
Leche de coco
Se hace a partir de de la carne del fruto. Se ralla, se remoja en agua caliente y se pasa por un colador para exprimirlo y separar lo sólido que pueda tener. Tiene fibra, vitaminas B5 (necesaria para el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas), B6 (necesaria en el metabolismo de la proteínas) B1, B3 y C, selenio, sodio, calcio, magnesio y fósforo. Es la más popular entre los veganos. Es la más calórica de todas y tiene 80 calorías por cada 100ml. Una taza de leche de coco son un total de 200 calorías.
Leche de avena
Es una alternativa a la leche de soja y es una buena fuente de energía sin aporte de grasa. Contiene betaglucanos que disminuyen el colesteros y los ácidos biliares en el intenstino y, por cada 100 ml de leche de avena, se ingieren 34 calorías.