Cuando una persona decide empezar a cuidar un poco más su alimentación y a hacer algo de dieta ya sea por salud o ya sea porque quiere perder algo de peso, una de las primeras decisiones que se toman es dejar de comer pan. Y todo ello en la mayor parte de las ocasiones sin consultar con un especialista o sin esperar a que dicho especialista nos ponga una dieta o nos transmita una serie de pautas de qué alimentos tomar, qué alimentos reducir o qué alimentos evitar para mejorar la calidad de nuestra dieta y conseguir nuestros objetivos.
Porque una alimentación saludable, equilibrada y efectiva es la clave para evitar muchas enfermedades y problemas de salud, pero también para sentirse bien con uno mismo. Y si el pan es una de esas cosas que, a la hora de comer, nos aporta algo de 'felicidad', ¿por qué hay que dejar de consumirlo? Y lo que es más, ¿por qué creemos que el pan aporta tantas calorías que lo mejor es dejar de consumirlo?
Lo primero que hay que hacer es, además de, insistimos, informarse y ponerse en manos de un especialista porque las dietas milagro no existen y pueden llegar a ser muy peligrosas para nuestro organismo, informarse de los tipos de pan que existen. Porque panes hay muchísimos y formas de comerlo también.
Además es importantísimo tener en cuenta que los alimentos, por sí solos, no tienen la capacidad para hacernos engordar o adelgazar. Evidentemente, hay alimentos que engordan más o menos pero todo en su justa medida se puede comer porque lo importante es el equilibrio y el consumo moderado. Es más, nunca hay que olvidar que el aumento de peso principalmente se produce porque no gastamos la energía de más que cogemos con el consumo de ciertos alimentos. Hay que buscar el equilibrio perfecto entre la energía que consumimos y la energía que gastamos a lo largo del día.
Eso es precisamente lo que tenemos que buscar en nuestra dieta y a la hora de elegir entre unos y otros alimentos. Centrándonos en el consumo del pan, los estudios de los expertos de todo el mundo han determinado que comer entre 220 y 250 gramos de pan al día es aceptable e, incluso, recomendable. Y es que el pan es uno de esos alimentos que nos sacian, que no tiene tanta grasa como seguro creemos, como tampoco tienen tanto aporte calórico como tenemos interiorizado.
El mito de la corteza y la miga
Otro de los mitos que hay que echar por tierra es la teoría de que la miga engorda más que la corteza. La miga y la corteza son dos partes exactamente iguales del pan. A la hora de cocinar un pan, no se diferencia entre la miga y la corteza, la masa es única y lo que luego diferencia entre una y otra cosa es el momento del horneado. Al meterlo al horno, la parte de la corteza se deshidrata mucho más porque recibe el calor de forma mucho más directa, mientras que la miga conserva mucha más cantidad de agua y de ahí que sea una zona mucho más esponjosa. Y esto también hace que la corteza tenga más calorías que la miga, porque los nutrientes se concentran mucho más -siempre tomando como referencia un trozo de pan con el mismo peso-.
Ahora bien, una vez que tenemos bien interiorizado esto, llega el momento de elegir el tipo de pan que vamos a consumir. Porque cuando se va a la panadería es muy sencillo pedir una baguette, lo difícil es elegir su quieres comer pan blanco, pan de centeno, pan de pueblo, pan integral, pan de trigo o pan con semillas.
Tabla de calorías
Antes de la tabla de calorías que determina, para una misma cantida de pan, cuál tiene más contenido energético, hay que hacer una diferencia entre el pan integral o no. Tanto el uno como el otro aporta exactamente las mismas calorías, la diferencia está en que el integral tiene un contenido en fibra mucho mayor para favorecer el tránsito intestinal. Estas son las calorías que contiene cada tipo de pan por cada 100 gramos:
- Pan integral: 221 Kcal
- Pan de trigo: 223 Kcal
- Pan de centeno: 230 Kcal
- Pan de cereales: 250 Kcal
- Pan de sésamo: 255 kcal
- Pan blanco en baguette: 258 Kcal
- Pan blanco: 261 Kcal
- Pan de molde: 280 Kcal
Además de tener en cuenta esta tabla de calorías a la hora de decidir qué tipo de pan, también hay que tener en cuenta, pero para no comprarlo, los panes con extras. El pan de ajo, el pan de aceitunas, el pan de cebolla o el pan de queso, evidentemente, tienen muchísimas más calorías que el pan 'simple' por decirlo de alguna manera.
Esa es una lógica aplastante puesto que, además de haber tenido un proceso de elaboración diferente y de estar mucho más tratados para su conservación y para que el cocinado sea el adecuado, ese extra contienen un aporte calórico muy importante -los aditivos y la cantidad de sal es mucho superior-. A modo de ejemplo, el pan de aceitunas contiene 308 Kcal por cada 100 gramos.