Los calambres musculares después del ejercicio son normales y habituales, independientemente de que la persona sea un profesional en el campo o un simple aficionado. Los calambres son episodios dolorosos e involuntarios que pueden ocurrir minutos o incluso horas después de realizar una determinada actividad física. En el siguiente artículo vamos a hablarte de los motivos principales por los que se producen los calambres después del ejercicio y la mejor manera de poder prevenirlos.
Deshidratación
Uno de los factores asociados a los calambres musculares es la deshidratación y la pérdida de electrolitos del cuerpo. Durante el ejercicio, el cuerpo pierde agua y sales minerales a través del sudor. Si no se reemplazan de una manera óptima y adecuada, esto puede provocar desequilibrios en los niveles de electrolitos, especialmente en lo referente al sodio, el potasio y el magnesio.
Estos desequilibrios llegan a alterar las células musculares, dando lugar a los calambres. Es por ello que es recomendable el mantenerse bien hidratado antes, durante y después de hacer ejercicio. Aparte de la ingesta de agua, puedes consumir bebidas deportivas ricas en electrolitos para restablecer el equilibrio en el cuerpo.
Fatiga muscular
La fatiga muscular es otra de las causas de los calambres postejercicio. Cuando los músculos se fatigan en exceso son más propensos a sufrir contracciones involuntarias como es el caso de los calambres.
La fatiga puede deberse a la acumulación de productos de desecho, como ocurre con el ácido láctico, o al agotamiento de los depósitos de energía, como el glucógeno muscular. En tal caso es importante seguir una dieta equilibrada para proporcionar a los músculos la energía necesaria y evitar la fatiga muscular.
Falta de estiramientos
La falta de estiramientos antes o después del ejercicio puede contribuir a que se produzcan los temidos calambres. Los estiramientos ayudan a mejorar la flexibilidad en las arrticulaciones y reducen la tensión muscular. Si los músculos están demasiado tensos y rígidos, aumenta el riesgo de padecer y sufrir calambres. No dudes por tanto en realizar estiramientos regulares, tanto antes como después del ejercicio.
Cambios en la circulación de la sangre
Las alteraciones en la circulación de la sangre pueden contribuir a los calambres postejercicio. La acumulación de sangre en ciertas áreas del cuerpo o la falta de flujo sanguíneo adecuado pueden dar lugar a contracciones musculares. Es bueno por tanto variar la intensidad y el tipo de ejercicio para conseguir una circulación sanguínea buena a la vez que saludable.
Factores genéticos
El elemento genético es otro de los motivos por los que una persona puede llegar a sufrir calambres después de hacer ejercicio físico. Algunas personas pueden tener una predisposición genética a experimentar calambres musculares con una mayor frecuencia. Factores individuales, como es el caso de la edad, también pueden influir a la hora de padecer calambres. Si los calambres son recurrentes y habituales, no dudes en acudir a un profesional de la salud para evaluar los posibles factores genéticos.
Esfuerzo físico
Otro de los motivos por los que puede llegar a producirse calambres postejercicio sería el esfuerzo físico, ya sea por hacer ejercicio más tiempo del aconsejado o a una mayor intensidad de la recomendada. Esto es lo que suele suceder al terminar una actividad física tan exigente como es el caso de una maratón.
En definitiva, los calambres musculares después del ejercicio puede deberse a diversos motivos o causas. Mantener una buena hidratación además de realizar estiramientos adecuados y escuchar las señales que pudiera mandar el cuerpo son esenciales a la hora de para prevenir posibles calambres. Si los calambres se prolongan en el tiempo y se vuelven recurrentes sería aconsejable buscar ayuda de un profesional para poder descartar posibles problemas más serios o graves.