Hoy día son muchas las personas que hacen deporte y pese a que esto les hace llevar una vida más sana y les proporciona multitud de beneficios, también existen algunos inconvenientes que por el camino se van desarrollando. Uno de ellos, es el dolor. Gran cantidad de personas, a las horas o días posteriores de haber entrenado sienten no sólo agujetas sino ciertos dolores musculares que les impiden volver a practicar los mismos ejercicios debido al malestar que en ellos se genera al hacerlo. Por norma general, las zonas que más problemas o dolores suelen causar son la espalda y el cuello.
En concreto, es durante la práctica de abdominales cuando multitud de gente daña la zona del cuello provocando la aparición de estos dolores previamente comentados. Y es que, los abdominales son uno de los ejercicios más popularizados y extendidos entre aquellas personas que desean trabajar la zona del abdomen y lucir un vientre perfecto. Pero como en cualquier otro ejercicio, la técnica es fundamental ya que si no se realiza un correcto movimiento la persona notará las consecuencias con dolores y a su vez, se perderá parte de la efectividad del entrenamiento de abdomen.
El motivo principal de la errónea realización de este ejercicio se encuentra en el hecho de que las personas al hacer abdominales tiran del cuello hacia adelante para conseguir inclinarse cuando realmente la fuerza se debe de hacer desde el propio abdomen. Es decir, poner las manos en la zona posterior de la cabeza solo debe de servirnos como posición inicial pero realmente el levantamiento debe de producirse con la barriga haciendo presión y sin tirar del cuello, ya que lo contrario provocará que este entre en tensión.
En el caso aquellas personas más deportistas o con experiencia en la práctica de abdominales, este hecho es algo poco habitual pero en cambio, son muchos los principiantes en abdominales los que tienden a poner la fuerza en el cuello y girarlo hacia adelante ya que creen que cuanto más arriba lleguen mejor se estará haciendo el ejercicio. Esto es incurrir en un error ya que no es necesario levantarse hasta arriba para ejercitar el abdomen, de hecho, cuanto más corto y constante sea el movimiento, más rápido se irá.
Además, no sólo el cuello podrá verse afectado en el caso de ejercitar erróneamente los abdominales sino también pueden aparecer dolencias en la zona de la espalda. Una señal de que el ejercicio está siendo mal realizado es el hecho de que la persona sienta dolor mientras lo realiza. Y tal y como se ha comentado, al no centrar la fuerza en la zona abdominal esta no estará siendo tan trabajada por lo que no habrá servido el esfuerzo llevado a cabo. De ahí la importancia, en este caso, de una correcta posición y movimiento.
Trucos para evitar la mala práctica de abdominales
Existen una serie de trucos que pueden seguirse para conseguir una buena técnica en el ejercicio de los abdominales:
- Mantener separada la barbilla de la zona del pecho durante el ejercicio, de principio a fin.
- Cambiar las manos de la zona trasera de la cabeza o las orejas a la de la nuca o incluso, mantenerlos estirados a los lados del propio cuerpo.
- Enfocar la mirada en un punto durante la práctica del ejercicio. Se recomienda que este esté en el techo para no descender la barbilla, tal y como se ha comentado.
- Apretar la lengua en la zona del paladar superior mientras se realizan los abdonimales. Esta técnica permitirá relajar la zona muscular del cuello.
- Practicar otros ejercicios donde se fortalezca el cuello permitirá que este se encuentre menos débil a la hora de afrontar ejercicios como los abdominales. De esta forma, el dolor desaparecerá rápidamente.
- Estirar antes y después del entrenamiento la zona del cuello para liberar tensiones.
Aunque en un primer momento sea mucha información, es importante no agobiarse y comprender que es normal que durante las primeras ocasiones en las que se realizan este tipo de ejercicios se produzcan ciertos dolores ya que el cuerpo no está acostumbrado y la técnica no será perfecta desde el primer momento. Lo importante es ir aprendiendo poco a poco, consultar a monitores o especialistas y evitar así lesiones que pueden tener consecuencias más graves.
Otra de las posibilidades a las que se puede recurrir es a la ayuda de un fisioterapeuta que consiga eliminar ese dolor y cualquier tipo de contractura que pueda haber surgido por las malas posturas o práctica de ejercicios físicos.
Finalmente es importante llevar a cabo, como el cualquier otro ejercicio que se ponga en práctica, una buena respiración. Esta permite controlar el movimiento, hacerlo más constante, relajar la musculatura y liberar tensiones dando lugar a unos mejores resultados y por lo tanto, mayores beneficios para cualquier persona que trabaje su cuerpo. Por lo que, aunque haya que tomar precauciones para evitar daños o dolencias, hacer ejercicios como los abdominales, sigue siendo positivo y recomendable.