¿Cuántas son las pulsaciones normales de una mujer de 30 años?

Cuando hacemos un esfuerzo mayor al que estamos acostumbrados, algo que no tiene que ocurrir necesariamente cuando hacemos deporte, rápidamente se nota que las pulsaciones aumentan y que 'nos cuesta' más respirar con traquilidad que cuando estamos en reposo. Sobre esas pulsaciones de las que hablamos de vez en cuando poco sabemos, en líneas generales.

Cuando se habla de pulsaciones se hace referencia a la frecuencia cardíaca, esto es, al número de vez que nuestro corazón se contrae a lo largo de un minutos. Esto es, el número de latidos por minuto que son los encargados de bombear la sangre y repartirla por todo el organismo para que llegue a los diferentes órganos y estos funcionen de forma correcta.

A medida que vamos creciendo nuestras pulsaciones se estabilizan

En líneas generales la frecuencia cardíaca de un adulto en una situación de reposo es de entre 60 y 100 latidos por minuto, una franja que puede ser inferior cuando se trata de deportistas de alto nivel. Y esa barrera de los 60 latidos no es algo que se mantenga a lo largo de los años, de tal manera que los recién nacidos tienen muchísimas más pulsaciones puesto que su organismo necesita muchísima energía para ir poniéndose en marcha e ir funcionando todos los órganos, desarrollándose y creciendo.

Las pulsaciones varían con la edad

Como curiosidad, se ha establecido que los bebés recién nacidos, hasta que cumplen u mes de vida, tienen entre 70 y 190 pulsaciones en reposo. Desde entonces hasta el primer año varía de las 80 a las 160 pulsaciones. De uno a dos años entre 80 y 130 en reposo y así poco a poco va bajando hasta que se estabiliza.

Así, con el paso de los años esas pulsaciones por minuto se van reduciendo y los estudios dicen que a los 20 años es cuando se regularizan, considerando que se ha llegado a esa franja para los adultos de la que más arriba hemos hablado. Todo ello sin olvidar que la frecuencia cardíaca varía rápidamente a poco que varíe la actividad física que se esté realizando, superando los 100 latidos por minuto y provocando las habituales taquicardias cuando se hace deporte -se puede llegar rápidamente a las 200 pulsaciones por minuto-, al igual que mientras se duerme también se está mucho más relajado.

El embarazo modifica considerablemente las pulsaciones

En concreto, una mujer de 30 años debería tener en reposo entre las 50-60 y las 98 pulsaciones por minutos. Dentro de estos parámetros, se considera que la frecuencia femenina es preocupante cuando se sobrepasan las 98-100 pulsaciones por minuto. En el lado opuesto está la frecuencia cardíaca considerada 'muy buena', que es de 70 pulsaciones hacia abajo. En la franja de 'lo normal' están las 80-96 pulsaciones por minuto, considerándose bueno el tener sobre las 72-78 pulsaciones por minuto.

Durante el embarazo hay que prestar especial atención a nuestra frecuencia cardíaca

Un rango de pulsaciones que, lógicamente, varía si se tienen ciertas patologías, si no se tiene el peso corporal adecuado para la edad o para la constitución de cada mujer o incluso por descompensaciones hormonales, algo muy habitual también entre las mujeres. Pero lo que, sin duda y sin forma de poder controlarlo, aumenta la frecuencia cardíaca de la mujer es el quedarse embarazada.

Poco a poco, desde las primeras semanas de embarazo -hablando siempre de una gestación normal, sin complicaciones adicionales y para una mujer que no tiene tampoco ninguna patología o dificultad especial- se va notando un cansancio 'provocado' por ese bebé que va creciendo en nuestro interior que va haciendo que las pulsaciones aumenten de forma inconsciente e irremediable puesto que el corazón cada vez necesita bombear sangre con más intensidad para poder atender todas esas necesidades del ser que está formándose en nuestro interior.

Utilizando ese mismo baremo establecido para una mujer de 30 años, las embarazadas siempre se encuentran en la franja que hemos calificado antes como 'normal'. Esto es, por lo general y sin nada extraordinario, una mujer entre 30 y 39 años que se quede embarazada, sus pulsaciones por minuto siempre estarán entre las 80 y 90, pudiendo alcanzar las 100 pulsaciones por minuto sin que eso suponga ningún tipo de alarma por la que se deba tener preocupación. De ahí también que se recomiende esta franja de edad como la más adecuada para concebir un hijo.

Siempre que se realize deporte la frecuencia cardíaca aumentará considerablemente

Asimismo, también ese hecho de que las pulsaciones, totalmente en reposo, aumenten de forma natural, es lo que lleva a los expertos y a los profesionales de la salud a recomendar a las mujeres embarazas que sus tablas de ejercicios, conforme pasen las semanas de gestación, se vayan haciendo mucho más ligeras y así se evita que las pulsaciones por minuto se disparen sin ningún tipo de necesidad. Es una cuestión de evitar riegos para el bebé pero también para la futura mamá, que no tiene esa necesidad imperiosa de mantener su ritmo de ejercicio y que, además, tampoco podría hacerlo puesto que el bebé te quita muchísima energía.

Frecuencia cardíaca máxima que se puede alcanzar

Junto a todo eso, también hay que tener en cuenta que existe una frecuencia cardíaca máxima que no debería sobrepasarse cuando se practica un deporte que requiere mucha energía y esfuerzo. Esas pulsaciones pueden calcularse en una fórmula tan sencilla como es restar tu edad a 220 latidos por minutos (220 lpm - edad de la persona), y para el caso de las mujeres varía ligeramente, teniendo que restar tu edad a 226 en lugar de 220.

En una mujer de 30 años no es lo más correcto tener 196 latidos por minuto

En este caso, volviendo a una mujer de 30 años, se empieza a considerar que no es adecuado tener una frecuencia cardíaca por encima de los 196 latidos por minuto. En cualquier caso, ante cualquier duda, cualquier malestar o cualquier preocupación, consultar a un cardiólogo siempre será la opción más recomendable y adecuada para evitar problemas. Porque, como en todo, cada cuerpo es un mundo y cada corazón tiene una capacidad y unas posibilidades de bombear la sangre a todo el cuerpo. Además, cuando más se entrenen las pulsaciones, la frecuencia cardíaca se puede ir mejorando y el esfuerzo para realizar ciertas actividades cada vez será menor, y eso tu corazón siempre lo nota.