Los embutidos engloban un conjunto de opciones muy variadas, que suelen incluirse en el día a día de la mayor parte de personas. Desde jamón serrano, hasta el pavo, el chorizo o la mortadela, los fiambres son alimentos asequibles, fáciles de ingerir y combinar en los platos, aunque no siempre resultan ser saludables. La realidad es que los embutidos son alimentos procesados que contienen gran cantidad de grasas, pero dentro de la gran variedad hay algunos más perjudiciales y otros más beneficiosos para la salud.
El problema del embutido no solo es la cantidad de grasa que contiene, sino también la sal. La mayoría aportan un elevado porcentaje de sodio que puede afectar a la circulación de la sangre, causando retención de líquidos e incluso problemas cardiovasculares. Se estima que 100 gramos de embutidos contienen 1000 miligramos de sodio, la cantidad diaria recomendada para una persona sana. Por tanto, el fiambre es un grupo de alimentos que se debe vigilar, especialmente algunos como el chorizo, la morcilla, el salchichón o la butifarra, pero además de características perjudiciales también tienen su lado bueno y aportan nutrientes saludables.
Propiedades nutricionales del embutido
Dentro de los fiambres más recomendados por los nutricionistas están los de carne magra, es decir, la pechuga de pavo o pollo, el jamón cocido y el jamón serrano. Además de contener menos grasa y colesterol, estos embutidos suman menos calorías y aportan proteínas de calidad y minerales que ayudan al organismo a funcionar de manera adecuada, especialmente potasio, fósforo y hierro. Algunas dietas incluyen estos fiambres como parte esencial, acompañados de pan integral o queso fresco y siempre en sus opciones más bajas en grasa.
Es importante destacar que en algunas pechugas de pavo la proporción de grasa no llega ni al 1%. Por tanto, si buscas bajar de peso y tu nivel de colesterol, deberás sustituir el chorizo por el pavo, o la mortadela por el jamón cocido. El caso del jamón serrano es especial, ya que sí posee un alto contenido de sodio y colesterol, pero sus grasas son monoinsaturadas. Pero si aún te quedan dudas de cuál embutido es el ideal, continúa leyendo para saber las propiedades de cada uno de ellos.
Calorías de cada embutido
Si tienes algún problema de salud como obesidad, hipertensión o el colesterol alto, lo mejor es que evites este grupo de alimentos - a excepción de los magros - pero si buscas simplemente mantener tu línea, es importante que tengas en cuenta las propiedades y calorías de cada tipo de fiambre:
- Pavo cocido: resulta la opción más saludable de todas, además de contener solo un 1% de grasa aporta proteínas buenas y fundamentales en cualquier dieta. Este alto porcentaje proteico lo convierten en un manjar ideal para las dietas basadas en alimentación variada y ejercicio físico, unos 100 gramos de pavo (tres lonchas) aportan 120 calorías y 6 gramos de proteínas.
- Jamón cocido o de york: es otro de los embutidos de carne magra preferidos por los nutricionistas, puede contener hasta menos calorías que el pavo cocido ya que 100 gramos del producto aportan apenas 100 calorías. Es importante escoger las opciones bajas en sal y menos procesadas, comprarlo en la carnicería y cortado a cuchillo es la mejor opción.
- Jamón serrano: como ya se ha indicado más arriba, el jamón serrano contiene pocas calorías y muchos nutrientes, no obstante contiene bastante colesterol y sodio. Lo ideal es consumirlo de forma moderada y siempre en sus opciones menos grasientas.
- El chorizo: a pesar de ser uno de los embutidos preferidos por muchos, el chorizo no puede estar presente en una dieta pensada para bajar de peso. 100 gramos de chorizo aportan más de 30 gramos de grasas, 70 miligramos de colesterol y hasta 400 calorías. Además, la forma de presentación de este producto lo empeora, ya que suele estar bañado en aceite o frito.
- El salchichón: al igual que el chorizo, el salchichón es un fiambre con alto contenido en grasa aunque no llega a contener tantas calorías como el primero. 100 gramos de salchichón aporta hasta 20 gramos de grasa y unas 300 calorías.
- La morcilla: este embutido no suele consumirse de forma habitual, pero debe rehuirse si se está llevando a cabo una dieta ya que contiene gran cantidad de grasa. Está elaborada con sangre coagulada y arroz o cebolla, resultando en un alto porcentaje de sodio y por tanto, colesterol. Concretamente, una morcilla negra aporta unas 370 calorías, 20 gramos de grasa y 120 miligramos de colesterol.
- El lomo: este fiambre es parecido al jamón serrano, lo ideal es su versión ibérica ya que tendrá mucho más valor nutricional y más grasas beneficiosas. El lomo embuchado destaca por ser rico en proteínas, una sola loncha aporta 6 gramos de este nutriente aunque 150 calorías.
- La mortadela: se elabora con carne picada de cerdo y lo normal es añadir especias y otros alimentos como aceitunas, pistachos o nueces. Esto le convierte en un alimento saludable y proteico, cada 100 gramos de producto contiene 16 gramos de proteínas, mientras que la cantidad de calorías suele rondar las 300.
Por tanto, se puede concluir que el embutido es un alimento alto en calorías y por tanto poco recomendable para una dieta equilibrada. No obstante, se pueden encontrar opciones sabrosas y bajas en calorías que son aptos para consumirse habitualmente y mantener la línea.