Parece increíble la diferencia que hay entre las patatas cocidas o crudas, que no llegan a 100 kcal por 100 gramos de patatas, y las patatas fritas, tanto de bolsa como las que freímos en la sartén, que superan las 500 kcal por 100 gramos. El motivo por el que las patatas fritas engordan tanto se debe principalmente por dos motivos: los componentes que forman la patata y el aceite hirviendo en donde se fríe.
¿Por qué engordan tanto las patatas fritas?
Las patatas tienen un gran contenido en almidón, un compuesto que tiende a absorber grandes cantidades de líquidos. Cuando freímos este tubérculo, debido a que la temperatura del aceite es tan elevada, el almidón de la patata pierde agua, por lo que este alimento comienza a absorber aceite.
Teniendo en cuenta que el agua tiene 0 calorías frente al aceite que en estado puro tiene 9 por gramo, es decir, es grasa pura, ya puedes hacerte una idea de lo que pasa cuando comemos estos alimentos con frecuencia. Además, el aceite al freírse convierte sus grasas insaturadas en saturadas, algo que es más perjudicial para el organismo que si tomásemos el aceite en crudo.
¿Las patatas fritas son el alimento que más engorda?
Según la Escuela de Salud Pública de Harvard en Estados Unidos, sí. Lo cierto es que, según el estudio realizado en esta universidad, las patatas fritas tanto de bolsa como las que freímos en nuestra casa, son el enemigo público numero uno contra la obesidad y la diabetes. Al parecer este alimento junto al consumo habitual de refrescos azucarados, carnes rojas y procesadas y cereales refinados es el culpable de el aumento progresivo de peso con los años.
Los resultados de este estudio afirman que el mayor problema de estos alimentos, no son sus calorías en si, sino la cantidad de grasas y carbohidratos que tienen que acompañados de una vida sedentaria puede causar diabetes, obesidad, colesterol y se ha relacionado con la aparición de ciertos cánceres y tumores.
"Los almidones y los carbohidratos refinados tienen efectos similares a los azúcares en el organismo. Son absorbidos rápidamente, provocan picos de glucosa e insulina en la sangre y no inducen las señales de saciedad de manera tan eficaz como otros alimentos. Por todo ello, incitan a comer más en la siguiente comida", explican en el informe.
Las patatas fritas y su relación con el aumento de peso gradual
Normalmente cuando se estudian casos de sobrepeso, y distintos tipos de obesidades, se tiende a ignorar las que son graduales, por las que se han producido en un corto periodo de tiempo. Como el aumento de peso es gradual, y se reparte a lo largo de los años, es más difícil determinar cuales han sido las causas de esas subidas de peso, es por eso que en otro estudio de la Universidad de Harvard decidieron analizar a más de 120.000 personas para ver como era su dieta y como esta afectaba a su estado de salud con el paso de los años, este seguimiento lo hicieron entre 12 y 20 años para poder obtener un análisis fiable. Al principio del estudio estas personas tenían un peso normal y no tenían ningún tipo de obesidad ni trastorno de salud importante.
Los resultados que obtuvieron son muy reveladores, según esta investigación, de media las personas ganaban 1 kilo al año, lo que supone que al cabo de 20 años podían pesar hasta 20 kilos más y el alimento que más peso tenía en esa subida de kilos eran las patatas fritas, las cuales suponían de media 400 gramos más de peso al año, es decir tan solo consumir este alimento al año supone ganar la mitad del peso que tendrás de más pasado 20 años.
¿Deberíamos dejar de comer patatas fritas?
Lo cierto es que el consumo de esta clase de productos ultraprocesados no son buenos para nuestra salud, pero eso no implica que por comerlos vayamos a engordar. La subida de peso está relacionada con muchos factores, especialmente con el sedentarismo, pero está claro que si nuestra dieta se basa en gran medida a las patatas fritas tanto de bolsa como las que hacemos en casa esto repercutirá en nuestro peso. Es por esto por lo que los expertos recomiendan que esta clase de productos se consuman lo menos posible, es decir una vez al mes o cada tres semanas.
Las alternativas a las patatas fritas son varias, desde el puré de patatas, hasta las patatas al horno, las cuales con un acompañante mucho más sano (y bajo en calorías) que las patatas fritas. No obstante, debemos saber que el consumo de carnes rojas, productos ultraprocesados y azucarados como los refrescos o dulces son un gran componente de la subida de peso, sin embargo, la conciencia social que tenemos con los alimentos altos en azúcares es mayor que con los fritos, lo que nos hace no consumir tanto este tipo de alimentos, pero sin embargo no prestarle tanta atención a los fritos porque pensamos que de cierta forma, no son tan malos como los otros, algo que es completamente falso.