La Navidad es una época del año en la que disfrutar de la familia y los amigos, pero también es una época de excesos en la que más de uno se descontrola con las comidas y cenas de celebración. Los dulces típicos, los copiosos menús o las copas de alcohol acaban siendo, en conjunto, una bomba calórica que provoca que muchas personas acaben ganando unos cuantos kilos de más.
Aunque uno no puede demonizar una época de fiesta por el simple hecho de que esta trae consigo un montón de comida, sí puede mantener un cierto equilibrio para evitar el descontrol. Un estilo de vida saludable no se tira por la borda si uno decide hacer varias excepciones al año con la comida, y por ello es tan necesario que, sea la época del año que sea, se encuentre un equilibrio entre ambos lados. Es completamente plausible adaptar los menús de Navidad dentro de una alimentación sana, pero para ello hace falta concienciación, voluntad y un poco de creatividad a la hora de elaborar las recetas.
Cocina de forma más sana
Algo muy importante que puedes empezar a hacer si eres tú el principal artífice de las recetas de Navidad es adaptarlas a una dieta más saludable, es decir, con menos grasas insaturadas, menos frituras y más verduras. Cocinar de forma más sana no tiene por qué ser sinónimo de aburrido y para muestra de ello existen cientos de recetas o trucos que puedes incorporar al típico menú de Navidad para quitarle ese exceso de calorías innecesario.
Un truco que funciona siempre es, por ejemplo, si un plato tradicional incorpora marisco o alguna carne o pescado especial, puedes preparar el alimento base de forma saludable en el horno o al vapor. La clave siempre estará en condimentarlo de forma generosa con especias, ajo, cebolla, un poco de aceite, un pelín de vino, y/o otras verduras. Si quieres incorporar hidratos pero no quieres freírlos, opta por prepararlos al horno o al vapor y luego darles una pasada por la sartén para que finalmente cojan ese característico toque dorado y crujiente de la fritura.
También puedes sustituir las patatas o el arroz por verduras cocinadas a la plancha, al horno o al vapor. Busca formas de preparar legumbres u hortalizas de forma que no resulten sosas al paladar gracias a recetas de salsas caseras, a la inclusión de nuevos condimentos o a la fusión de ingredientes que nunca antes habrías pensado mezclar entre sí.
Sustituye el alcohol por otra bebida
Otro de los elementos principales que no falta en muchas cenas de Navidad es el alcohol. Aunque uno no lo crea, las bebidas alcohólicas proporcionan una ingesta calórica increíble sin que prácticamente uno se de cuenta. Si se hacen cálculos, entre las copas con los amigos de fiesta, las cañas, el vermut y los vinos de las comidas y cenas familiares, al final una persona puede estar introduciendo en su cuerpo una gran cantidad de calorías.
Si quieres que esa aparente cantidad de alcohol no aparezca luego reflejada en la báscula, entonces sustituye este tipo de bebidas por otras que no contengan alcohol ni azúcares y que, además, te ayuden a hacer la digestión. Ejemplo de esto son las infusiones, las cuales puedes tomarlas tanto en caliente como en frío.
Puesto que el agua viene también genial en la retención de líquidos, algo que sin duda sufrirás si te pasas con la comida, puedes aprovechar para intentar beber una media de uno o dos litros de agua al día. Esto no solo te ayudará a calmar el apetito, sino que también ayudará a que tu organismo elimine las toxinas de todas las fiestas.
Elabora postres más ligeros
La idea de que un postre que no lleva azúcar, mantequilla y kilos de harina o huevos, no puede estar bueno es una completa mentira que, gracias a las recetas saludables que existen, puede desmontarse fácilmente. Los típicos turrones, mazapanes, polvorones o tartas pueden ser perfectamente sustituidos por otras versiones mucho más saludables, con menos calorías e igual o más deliciosas.
Piensa que los postres que compras traen muchísimos componentes tales como conservantes, edulcorantes y demás elementos artificiales y que ya solo por eso, haciéndolos tú en casa, puedes eliminar. Puedes sustituir el azúcar blanco y refinado de un postre sustituyéndolo por un endulzante natural como la miel o el sirope de salvia. Por otro lado, en vez de utilizar harinas de trigo o maíz, opta por harinas de cereales integrales tales como la avena o la espelta.
Otro truco que ayudará a reducir la cantidad de calorías de tus platos será la implementación de mucha fruta en los postres. Puedes combinarlas con yogur natural o queso fresco batido, añadirle algunas cucharadas de cacao puro, unas gotitas de endulzante y todo ello, combinando con una variada selección de frutas, será un postre muy saludable y sano.
Incluye un plan détox
Aunque lleves una planificación más o menos controlada de tu alimentación por Navidad, es probable que haya días en los que no puedas intermediar en la elaboración de los platos o en los que, simplemente, no te apetezca restringir lo que comas. Si notas que un día se te ha ido un poco la mano con el alcohol o los dulces, puedes recurrir a un plan de dieta détox de un día con el objetivo de darle a tu cuerpo un descanso.
Lo ideal para incluir un día détox por las fiestas de Navidad es que escojas un día sin compromisos familiares o con amigos para poder llevarlo a cabo sin problemas. Con el objetivo de liberar toxinas y perder la hinchazón del día anterior, intenta beber mucha agua y haz que todas tus comidas del día sean a base de frutas, purés ligeros, verduras e infusiones. Gracias a este día de dieta y de descanso de excesos, tu cuerpo compensará todos los excesos.