Se podría decir que uno de los deportes nacionales es comer frutos secos, y más aún comer pipas. Quien más o quien menos no puede consumir una única pipa o un pequeño puñado sin ganas de más y más. Una vez abierta la bolsa, no puedes dejar de comer pipas hasta que se ha acabado la misma, independiente del tamaño de la bolsa, da igual que haya 100 que 200 gramos, hasta que no te comes la última pipa no estás feliz.
Ahora bien, cuando llega ese momento, o a veces incluso mientras te las comes, es cuando empiezas a pensar que esas pipas te van a engordar demasiado y que no deberías, o seguir comiéndolas, o haberlas comido, o tendrías que haber comido muchísimas menos. Lo primero porque son un aperitivo que produce ese 'picoteo' entre horas y eso ya casi siempre va asociado a engordar, y lo segundo por la cantidad de calorías que puedan llegar a tener, considerando que son muchísimas de las necesarias a diario.
Pues quizá, después de leer esto, no volverás a pensar eso, llegando a comértelas con gusto. Es más, puede que incluso tengas aún más a mano en casa una buena bolsa de pipas y que las consumas por placer pero también como parte de tu dieta, añadiéndolas a algunos de tus platos habituales.
¿La razón? Tan sencilla y tan positiva como las grandísimas propiedades que tienen las pipas para tu organismo. Unas propiedades que seguramente desconozcas, que incluso te cueste creer, porque te has empeñado en creer que las pipas engordan, que las pipas tienen muchísima grasa y que las pipas son muy perjudiciales y no deberías volver a comerlas porque, entre otras creencias, vas a engordar.
Lo primero que es preciso destacar de las pipas es que tienen gran cantidad de vitamina B, por lo que suponen un gran aporte de energía para el día a día, que te ayudará al buen funcionamiento de tu metabolismo. Asimismo, las pipas, aunque te cueste creerlo, tienen propiedades que combaten el paso del tiempo, siendo un alimento contra el envejecimiento tanto físico como celular.
Ricas en fibra y antioxidantes
Celular porque contienen también grandes cantidades de vitamina E. Es más, las pipas son el fruto seco que más propiedades antioxidantes contienen, por lo que no deberías dejarlas nunca de lado, de hecho, ¿quién puede ser capaz de rechazar un puñado de pipas si no es por causas mayores como una alergia? Y además de todos los beneficios, tampoco hay que dejar escapar el hecho de que son ricas en fibra, ayudando a regular el tránsito intestinal, y de que pueden ayudar a evitar determinadas enfermedades cardiovasculares.
En cuanto a las grasas, sí, las pipas tienen grasas y te pueden hacer engordar como todos y cada uno de los alimentos que consumimos los consideremos más o menos "sanos", pero gran parte de las mismas son grasas insaturadas, que contribuyen a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
El problema está, una vez más y como ocurre con muchísimos alimentos que se comen con más o menos asiduidad y que consideramos 'malos' y tratamos de evitar, en las cantidades que consumimos y, más aún, en los aditivos que les aplicamos o que les aplican a la hora de procesarlos y que tanto enganchan, porque para eso se hacen..
Deja a un lado la sal
De tal manera que no es lo mismo comerse un puñado de pipas con sal, que ese mismo puñado de pipas sacadas directamente del girasol o de la calabaza. Precisamente aquellas son las más perjudiciales para la salud puesto que, tal y como puede leerse en algunos paquetes de pipas, se suelen echar de 3 a 5 gramos de sal por cada 100 gramos de pipas, y eso es muchísima sal así directamente para el organismo; además tampoco se pueden olvidar las pipas con ciertos sabores, que además son muchísimo más adictivas que las consideradas "naturales".
En datos calóricos, las pipas con sal aportan alrededor de 150 kcal por cada 25 gramos de pipas; y nunca se pueden comer únicamente 25 gramos por ese 'poder adictivo' que te lleva incluso a mantener varios segundos cada pipa en la boca, absorbiendo hasta el último miligramo de sal, siendo entonces cuando rompes la cáscara para comerte realmente la pipa. Lo mismo que ocurre con esas pipas de sabores a las que nos hemos referido antes y que cada vez se encuentran en más variedades.
Por el contrario, 25 gramos de pipas de girasol totalmente naturales y sin cáscara aportan alrededor de 140 calorías. Una cantidad, como bien puede apreciarse, muchísimo menor y que hace que las pipas se hayan convertido en un gran complemento para ensaladas, tanto por el sabor que les aporta -como tantos otros frutos secos- como por el hecho de todas las propiedades saludables que aportan consumiéndolas en su justa medida.
Nunca digas 'no' a un puñado de pipas
Por tanto, nunca hay que rechazar un buen puñado de pipas por el simple hecho de que "voy a engordar". Lo que hay que tener en cuenta a la hora de comer pipas es su cantidad, tampoco te puedes comer 100 gramos de pipas al día, y su calidad, lo natural es infinitamente mejor que lo 'manipulado'.
Si todo esto aún no te ha convencido para echar por tierra el mito de lo mucho que engordan las pipas -en su justa medida, siempre-, también deberás saber que aportan vitamina B9, esto es, ácido fólico, que ayuda al crecimiento de los más pequeños de la casa y que favorece igualmente el buen crecimiento del feto en los primeros meses de embarazo. Todo ello sin olvidar, como ya se ha comentado, que son una gran fuente de energía y, de sobra es conocido que, uno de los síntomas que más acusan las mujeres en las primeras semanas de gestación es estar sumamente cansadas, con un nivel de agotamiento fuera de lo normal.
Por tanto, un puñado de pipas a tiempo contribuye al buen funcionamiento de tu cuerpo, te ayuda a acabar con esa sensación de hambre a deshoras, te aporta energía y... ¡no engorda! A modo de ejemplo, quédate con el hecho de que un 25 gramos de pipas de girasol peladas aportan 140 calorías, mientras que una manzana aporta alrededor de 125 calorías y un vaso de leche entera 168 calorías.