Ir al gimnasio es tan saludable como recomendable. Y es que no solo te sentirás mejor físicamente a largo plazo, sino que también serás mucho más feliz. Te encontrarás mejor dentro de tu propio cuerpo, te querrás mantener más activo conforme más ejercicio vayas realizando, te sentirás orgulloso de tu evolución... Y todo eso acabará siendo tu verdadera recompensa, y no el cambio que puedas llegar a ver en tu cuerpo a corto o largo plazo.
No obstante, es cierto que ir al gimnasio no siempre es fácil. A veces es por una cuestión de logística, porque no hay ningún gimnasio asequible cerca de tu casa, otras veces es porque no dispones del tiempo suficiente como para desplazarte, ni siquiera a ese gimnasio que está a quince minutos dando un paseo. Porque vivimos en una época en la que nos cargamos demasiado con responsabilidades constantes: que si el trabajo, que si estudiar, las actividades sociales... ¿Cómo vamos a sacar tiempo real para ir al gimnasio tres o cuatro días en semana? En otras ocasiones, se trata más de una cuestión económica. Y es que, seamos realistas: acudir al gimnasio es caro, y no es para todos los públicos. Sí, hay gimnasios relativamente baratos, pero no están en todas las ciudades ni tienen por qué cumplir con unas buenas condiciones.
Si tú te encuentras en cualquiera de las situaciones que acabamos de relatar ahora mismo, no te preocupes porque siempre hay una alternativa: ¡montar tu propio gimnasio en casa! No pienses en una habitación exclusiva para hacer ejercicio (aunque si la tienes, ¡hazla!), o en herramientas de miles de euros. Es mucho más fácil y sencillo de lo que puedas creer, ¡y también más barato!
Herramientas indispensables para tu gimnasio en casa
Hay algunas herramientas que sí que se consideran básicas para que puedas montar tu propio gimnasio en casa. Lo primero que debes plantearte es que hay ciertos grupos musculares que deberías trabajar para entrenar el cuerpo al completo: glúteos, piernas, hombros, pecho, bíceps, tríceps y la espalda. Para cada músculo requerirás algo concreto, aunque hay ciertos instrumentos que te servirán tanto para un músculo como para otro.
Barra de dominadas
Comencemos por lo más sencillo: una barra de dominadas. Seguramente las habrás visto en millones de tiendas, y probablemente conozcas a alguien que la tenga en casa. Se trata de una barra que se suele colocar, por regla general, en el quicio de la puerta, y que te permite trabajar la espalda. Si ya has hecho dominadas anteriormente, no necesitarás ningún complemento. No obstante, si eres un principiante, debes saber que las dominadas son de los ejercicios más complicados de realizar.
Gomas elásticas
Es por eso que te vendría bien acompañar esta barra de unas gomas elásticas, para poder ayudarte a la hora de realizar este ejercicio. Estas gomas elásticas te servirán, además, para trabajar prácticamente todos los grupos musculares. ¡Y es que no hay nada más versátil que estas gomas! Con ellas podrás hacer ejercicios de piernas, de bíceps, de tríceps, de espalda, de pecho... Todo depende de cómo las coloques. Hay miles de tutoriales que podrán ayudarte a realizar estos ejercicios sin hacerte ningún tipo de daño: consúltalos siempre antes de realizar cualquier ejercicio si no quieres acabar provocándote una lesión.
Mancuernas y kettlebells
Tras esto, necesitarás tanto un set de mancuernas como algunas kettlebells. Lo más apropiado es que comiences con unas mancuernas de bajo peso, o con un pack de mancuernas que te permitan ir cambiando los discos. De esta forma, si algún día necesitas meter más peso o si ves que con eso no te es suficiente, no tendrás más que comprar otras. Con las kettlebells (o mancuernas rusas) podrás hacer básicamente lo mismo. Con estos dos tipos de mancuernas podrás hacer tanto bíceps como tríceps, sentadillas, pecho, algunos ejercicios de espalda, hombros... ¡Son muy prácticas!
Esterilla
No te olvides de hacerte con algunas esterillas, o con algún tipo de acolchado que te permite apoyar la espalda en todos aquellos ejercicios en los que lo requiera. Probablemente no puedas hacer absolutamente todo lo que sí pudieras hacer en un gimnasio, pero es una opción tan viable como cualquier otra; recuerda que los básicos siempre serán de gran ayuda.
Instrumentos complementarios: depende de lo que quieras invertir
Pelota de pilates
Si todo lo que hemos mencionado antes se te queda pequeño, o si tienes un poco más de dinero que invertir en tu pequeño gimnasio en casa, siempre podrás comprar algunos complementos más. Por ejemplo, una pelota de pilates o una rueda abdominal. Con las dos podrás trabajar las abdominales, y, además, con la primera podrás hacer también ejercicios de glúteos, de piernas e incluso de brazos, dependiendo de la actividad que realices.
Banco de pesas
Nunca está de más comprar un banco de pesas, sobre todo si te decides a entrenar con más asiduidad músculos como el pecho. Junto a este banco, podrías optar también por una barra olímpica y por algunos discos más, con pesos ligeramente más elevados. Recuerda, es mejor que compres al principio menos y luego vayas añadiendo. Imagina que compras discos de veinte kilos que, finalmente, no llegas a usar nunca. ¡Sería un malgasto innecesario! Ve probando y, poco a poco, ve introduciendo nuevos discos y nuevas herramientas.
No es necesario que malgastes tu dinero en máquinas multi-estación de gimnasio, esas que habrás visto mil veces en tiendas deportivas. Si bien es cierto que parecen muy prácticas, puedes realizar los mismos ejercicios con peso libre, o ayudándote incluso de unas gomas elásticas. Será una inversión mucho mayor de la que podrías haber realizado en un primer momento, y no te acabará rentando a largo plazo, así que procura evitarlo. Cambia estas máquinas por un juego de mancuernas nuevo, o por barras mejoradas, o por un banco que se pueda reclinar, todo esto acabará siéndote mucho más eficaz que cualquier multi-estación. Sí es cierto que las poleas podrían serte de gran ayuda en según qué momento, pero recuerda que las gomas elásticas pueden acabar cumpliendo exactamente la misma función.