Hoy en día todo lo hacemos corriendo: nos levantamos corriendo, vamos al trabajo corriendo, volvemos a casa corriendo, hacemos la comida corriendo, respiramos corriendo... Tal vez por eso tener unas costumbres lo más saludables posibles es realmente difícil. Y precisamente por eso en Bekia queremos rescatar una alternativa natural de los años noventa y que no supone ni suplicar por un milagro ni un esfuerzo titánico: el ginseng.
Seguro que más de una vez has oído este nombre o lo has visto en alguna etiqueta de la farmacia, del herbolario o incluso del Carrefour de al lado de casa. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en qué es realmente el ginseng, o en cuáles son sus beneficios para tu salud? Porque los tiene, y lo más importante de todo: es un remedio totalmente natural. Si no te has parado a pensarlo hasta ahora, te traemos un artículo a tu medida para despejar todas tus dudas.
Una planta llegada desde China
Empecemos por el principio: ¿qué es el ginseng? Simple: es una planta. Concretamente, una planta de pequeña longitud que crece muy lentamente y cuyas raíces carnosas se han utilizado en la medicina tradicional china desde hace siglos. Y no, no es ningún engañabobos: la ciencia ha respaldado su eficacia en múltiples estudios científicos de empresas reputadas como, por ejemplo, la empresa de análisis científicos Elsevier o un estudio del departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid.
Esta particular planta crece en zonas húmedas bajo el amparo de las montañas, en las regiones orientales del planeta, fundamentalmente en China y Corea, aunque se pueden encontrar otras especies en Japón, Canadá y Rusia, o incluso en México.
Ahora bien, ¿desde cuánto hace que se utiliza el ginseng? La medicina tradicional china, conocida por sus terapias de acupuntura y las teorías de la relación del 'chi' con el equilibrio tanto espiritual como emocional, mental y físico, ha usado los beneficios de esta planta desde aproximadamente la Antigüedad, mucho antes de la existencia de Cristo. Existen diversos tipos de ginseng, dependiendo de su composición: el más común y más conocido (el ginseng que se puede encontrar en cualquier farmacia) es el llamado 'Panax ginseng', también conocido como 'Ginseng chino' o 'Ginseng coreano', pero también existen el 'Ginseng siberiano' o el 'Ginseng americano. No obstante, los tres tipos poseen propiedades beneficiosas muy similares y lo único que cambia es el nombre y el precio dependiendo de la marca.
Beneficios del ginseng
Llegados a este punto, es el momento perfecto para hablar de ese 'poder' del ginseng que puede ayudarnos a llevar una vida más sana y saludable. En primer lugar, esta planta posee propiedades antioxidantes (es decir, drenantes) y antiinflamatorias, demostradas gracias a un estudio testado en dieciocho atletas tras realizar una prueba de esfuerzo físico. De hecho, y de acuerdo con un estudio de la Universidad Complutense, el ginseng estimula la resistencia física en situaciones de sobreesfuerzo.
Además, mejora el sistema inmunológico y el circulatorio, previniendo trombos y arterioesclerosis, así como problemas cardíacos, y precisamente porque ayuda a una mejor circulación de la sangre existen algunos estudios que lo recomiendan para el tratamiento de la disfunción eréctil.
Pero el estado mental es tan importante como el físico, y aquí es donde esta peculiar planta encuentra su punto fuerte: el ginseng ayuda a la función cerebral, mejorando la memoria, los comportamientos y el estado de ánimo. También aumenta la capacidad cognitiva y los niveles de energía, por lo que no solo actúa frente a la ansiedad, sino que también reduce el cansancio mental y estimula la concentración, combatiendo fatiga física y mental y permitiendo reducir el estrés (todo ello de acuerdo con estudios de las universidades de Seúl y Northumbria). Además, otros estudios de Corea del Sur han relacionado el uso del ginseng con la reparación celular.
Ahora bien; esta planta de diferentes poderes puede ser muy beneficiosa, pero, como todo, conlleva sus desventajas. La moderación es importante: no conviene abusar de su uso y tomar grandes cantidades diarias, y está contraindicada si se tiene fiebre. Tampoco se recomienda a los niños pequeños, ni a las embarazadas, ni a las mujeres en fase de lactancia, ni a las personas hipertensas, principalmente porque puede favorecer la vasodilatación sanguínea. Es importante tener en cuenta que esta planta está formada por una gran cantidad de compuestos que actúan a nivel hormonal, por lo que si la persona está en tratamiento para enfermedades como la diabetes o las dolencias del tiroides debe consultar antes a su médico.
Existen muchísimas maneras de tomar esta poderosa planta: lo más habitual es encontrarla mezclada con otros componentes naturales (como la jalea real) en infusiones, jarabes, comprimidos con agua o incluso extracto de la raíz, que pueden verse en casi cualquier supermercado o herbolario de la zona. No es en absoluto difícil de encontrar (¡hay hasta chicles y refrescos!), así que ya no tenemos excusas para no cuidarnos...y, sobre todo, para no hacerlo de forma sana y más natural.