Por lo general, la mayoría de las personas acude a los milagros de la química cuando se encuentran mal o quieren mejorar algún aspecto de su cuerpo con el que no se sienten a gusto. Medicamentos, cosméticos, suplementos nutricionales y un largo etcétera de pastillas y comprimidos pueden encontrarse en los armarios de todas las casas para conseguir verse bien tanto por dentro como por fuera, pero lo cierto es que en la naturaleza también se encuentran cientos de productos que pueden tener los mismos efectos positivos que otros fabricados en un laboratorio.
Aunque no se debe caer en la quimiofobia y temer a todo lo que se haya inventado por el hombre, tampoco hay que olvidar que la madre naturaleza puede ofrecer mucho más de lo que algunas personas llegan a imaginar, y que la mayoría de medicamentos y cosméticos están fabricados a partir de algún compuesto que forma parte del entorno natural. Por ejemplo, el ingrediente principal de la aspirina, el ácido acetilsalicílico, procede de la corteza del sauce; y el taxol, uno de los agentes quimioterápicos más eficaces, proviene de una variedad del tejo común, una especie de árbol muy común en Europa Occidental.
La lista podría continuar hasta el punto de que incluso una planta que crece en tu jardín podría ofrecerte ese remedio que tanto necesitas, como el hinojo, una hierba que desde hace años se ha venido usando en cientos de recetas de cocina y que ofrece una gran variedad de efectos positivos para el cuerpo humano. Además, se trata de un vegetal que puede encontrarse de forma sencilla en cualquier supermercado y su precio es bastante asequible, así que si todavía no has incluido el hinojo en tu dieta, no te lo pienses más y empieza a disfrutar de todas sus ventajas, ¡no te arrepentirás!
Beneficios del hinojo
Gracias a las muchas propiedades que posee, un gran número de especialistas ha catalogado al hinojo como una planta medicinal. Desde hace miles de años, esta planta de tallos verdosos se ha usado para remediar molestias o dolencias, desde la congestión y el dolor de garganta hasta la gastroenteritis o las picaduras de insectos. Entre sus principales agentes se encuentra la Vitamina C, que combate la acción de los dañinos radicales libres que provocan envejecimiento e incluso algunos tipos de cáncer. De hecho, el hinojo posee grandes cantidades de anetol, una sustancia que evita la formación de tumores y la alteraciones en el ADN.
Además, el hinojo es un gran aliado del sistema digestivo y su ingesta regular ayudará al buen funcionamiento del mismo: previene y cura los cólicos, combate la aparición de gases, el dolor de barriga e incluso el mal aliento. Por si todo esto fuera poco, se ha demostrado que este vegetal tiene efectos diuréticos en el organismo, dificultando así la nociva retención de líquidos que puede llevar a sufrir edemas, cansancio e incluso aumento de peso.
En cuanto a la forma de tomarlo, el hinojo puede incluirse entre los ingredientes de algunos guisos y cocidos, pero una vez que se secan sus remas también pueden ingerirse a modo de especia o infusión. Además, las semillas de hinojo son un aderezo perfecto para ensaladas, masas o postres, utilizándolas de forma similar al sésamo.
Contraindicaciones: no te pases con el hinojo
Pero como ocurre con casi todo esta vida, la clave a la hora de tomar hinojo para mejorar la salud reside en encontrar el equilibrio y no consumir de más, ya que un exceso de esta hierba podría llevarte a sufrir algunas molestias o complicaciones. Aunque en líneas generales el hinojo en sí no representa un riesgo para el ser humano, el aceite puro que se extrae de la planta sí que puede llegar a ser un peligro al consumirlo en dosis altas. Para empezar, una sobredosis de este elixir provoca somnolencia, mareos, jaquecas e incluso convulsiones, por eso no se recomienda tomarlo a embarazadas y consultar siempre con un experto antes de incluirlo en la dieta.