La sauna es una de las mejores opciones para relajarnos y desconectar unos minutos, ya sea tras haber realizado ejercicio físico o simplemente porque llevamos una jornada laboral agotadora. Desde hace siglos las saunas han gozado de gran popularidad gracias a sus beneficios relajantes pero también a su carácter social, diferentes culturas y pueblos usaban la sauna como lugar de reunión para debatir diferentes asuntos.
Actualmente son muchos los gimnasios que han decidido incluir en sus instalaciones estos baños de vapor, ya sea la sauna húmeda o la sauna seca, por la multitud de beneficios que puede aportar la sauna a nuestro organismo además de la relajación. Independientemente del nivel de humedad o del tipo de sauna, baño turco o sauna finlandesa, estos baños de vapor además de beneficios también conllevan una serie de riesgos que hay que tener en cuenta que explicaremos más adelante.
Pero si algo hemos escuchado acerca de las saunas estos últimos años es que la sauna puede ayudarnos a adelgazar, ¿es eso cierto? Sigue leyendo para saberlo todo acerca de las saunas.
¿Es verdad que la sauna adelgaza?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que existen diferentes tipos de saunas, aunque la más conocida y popular es la sauna finlandesa. Las saunas que encontramos en los gimnasios suele ser esta, la sauna finlandesa. Un habitáculo de madera en la que podemos encontrar bancos a diferentes alturas, siendo en los superiores donde se concentra más la temperatura, puesto que el calor va ascendiendo. La temperatura la proporciona un cargador eléctrico y ronda los 70-100 grados centígrados, también podemos encontrar piedras volcánicas que al contacto con el agua son las que producen el golpe de vapor.
Es normal que cuando hemos terminado nuestra rutina en el gimnasio decidamos entrar en la sauna unos minutos para relajarnos y eliminar toxinas... pero esto es el primer mito con el que nos encontramos. No existe ningún estudio científico que demuestre que a través de la sudoración podamos desintoxicar nuestro cuerpo, pues a partir del sudor producido por el uso de la sauna apenas nos libramos de 1% de las toxinas. Decir que vamos a la sauna a eliminar toxinas es igual de incierto que decir que la sauna ayuda a adelgazar.
Aquí va el segundo mito: la sauna no adelgaza. La sauna aporta muchos beneficios a nuestro cuerpo pero no ayuda a adelgazar. Si después de unos minutos en la sauna pesamos menos se debe a la pérdida de líquidos, no de grasa. En el momento que volvamos a hidratarnos o comer algo, recuperaremos los líquidos perdidos y no habremos adelgazado nada. Para adelgazar necesitamos quemar grasa y esto solo es posible realizando ejercicio físico. Puesto que en la sauna solo nos desprendemos de líquido y no de grasa, el uso de esta no nos ayudará a bajar de peso.
Beneficios de la sauna
Aunque el uso de la sauna no nos ayude a bajar de peso ni a liberar toxinas, sí nos aporta otros muchos beneficios que hay que conocer.
- Uno de los principales beneficios de estar unos minutos disfrutando de la sauna seca es que ayuda a bajar nuestro nivel de estrés. Este efecto también puede ayudar a eliminar posibles eventos cardiovasculares.
- Tomar una sauna puede ayudar a mitigar el dolor muscular o incluso a que desaparezca al igual que si padecemos de artritis, gracias al aumento de nuestra circulación. Este efecto se debe a que cuando estamos en la sauna nuestro ritmo cardíaco aumenta y los vasos sanguíneos se ensanchan, aumentando así nuestra circulación.
- Otros beneficios que podemos obtener usando de manera moderada el calor de la sauna pueden ser: mejorar la respiración, ayuda a aumentar las defensas, mejora la función cardiovascular, efecto relajante, mejora la epidermis...pero sobre todo reduce considerablemente el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
Consejos para usar la sauna
Para que una sauna resulte placentera y al mismo tiempo sea saludable debemos seguir una serie de consejos. La mayoría de las personas no tenemos en cuenta ciertas precauciones y tomamos mal la sauna. Lo primero que tenemos que tener claro es que no podemos entrar en la sauna más de 3 veces por semana, ni tampoco más de 15 minutos seguidos por sesión.
- Toma una ducha con agua templada. Lo primero que tenemos que hacer antes de entrar en la sauna es tener nuestra piel mojada y limpia, nada mejor que una ducha previa con agua templada.
- Siéntate en el banco inferior. Para empezar a sudar lo mejor es sentarnos en los primeros bancos y esperar unos 10 minutos.
- Toma una ducha con agua fría. Después de sudar unos 10 minutos el cuerpo nos agradecerá tomar una ducha de agua muy fría.
- Siéntate en el banco superior. Esta vez si quieres vuelve a entrar y túmbate en la parte superior de la sauna, esta es la zona donde más calor hace.
- Toma una ducha con agua fría o templada. Sal de nuevo y dúchate con agua fría o templada, si quieres utiliza un guante exfoliante para eliminar impurezas.
- Entra 5 minutos. Puedes volver a entrar en la sauna 5 minutos más.
- Toma una ducha breve. Termina con una ducha fría y abrígate bien después, no realices movimientos bruscos, podrías sufrir una bajada de tensión.
- Hidrátate. Puedes beber algún zumo natural para recuperar líquidos o también agua.
Con estos consejos podrás aprovechar la sauna de forma saludable sin alterar tu organismo. Recuerda no debes realizar ejercicio físico dentro de la sauna, tampoco deberás comer ni beber mientras que estés dentro.
El uso de la sauna se desaconseja en personas que padezcan enfermedades del corazón puesto que el sudor que provoca el calor hace que se concentren los fluidos corporales, esto conlleva a que la sangre se vuelva más densa y puede provocar un ataque cardíaco.
Todos estos consejos te ayudarán a llevar una vida más saludable, pero ten en cuenta que lo que te ayudará a bajar de peso será una dieta equilibrada acompañada de ejercicio físico mínimo 5 veces a la semana. La sauna es la opción perfecta para después del gimnasio, pero su uso sin hacer deporte no te ayudará a adelgazar.