Cada día son más el número de personas que se atreven a probar la meditación, técnica de relajación que permite a quienes la practican conectar consigo mismos, mejorando su salud y bienestar a la par que se trabaja por reducir tensiones, miedos, estrés y otro tipo de problemas.
No obstante, meditar no es tarea fácil ya que requiere de un proceso de adaptación que deberán de pasar aquellos de la pongan en práctica por primera vez. Para hacerlo más fácil y conseguir, cuanto antes, estar en perfecta sintonía para aprovechar todos los beneficios que la meditación implica, existen una serie de consejos que serán de lo más útiles.
Las ventajas de la meditación
Escoger el lugar perfecto
Todo espacio donde se practique la meditación debe de tener en común los siguientes requisitos. Silencio, tranquilidad y aislamiento de todo tipo de distracciones ya que gracias a ellos la persona conseguirá mantener la calma y comenzar a conectar con su "yo" más profundo a través de las distintas técnicas de relajación existentes. El hecho de que se haga al aire libre, en la playa, en la montaña o en cualquier sala de un gimnasio es algo irrelevante siempre y cuando la paz reine en el lugar.
Decidir el momento idóneo del día
Meditar no es como cualquier otra rutina ya que para hacerlo, la persona debe de tener todos sus sentidos, pensamientos, ganas y esfuerzos en ello. Por lo tanto, lo más conveniente es que se haga en un momento del día en donde la persona esté tranquila y no tenga ningún tipo de prisa o pensamiento rondando por su cabeza a cada segundo. Si esto se cumple, la persona, su cuerpo y su mente estarán mucho más preparados y dispuestos para llegar al objetivo de la meditación.
Tener paciencia
Es evidente que toda disciplina tiene su tiempo de aprendizaje y es lógico, que de la noche a la mañana sea complicado conseguir llevar a cabo las técnicas de meditación a la perfección así como concentrarse, respirar correctamente u otro tipo de prácticas que entran dentro del aprendizaje. Por lo tanto, es fundamental tener paciencia para poder mejorar poco a poco.
Ser constante
Además de la paciencia, también será importante la constancia ya que es complicado mejorar si entre cada clase de meditación transcurre un tiempo demasiado largo, que hará que la persona no pueda tener un aprendizaje progresivo y rápido. Por ello, se recomienda intentar en la medida de lo posible meditar cada poco tiempo, pasando este ejercicio a formar parte de los hábitos de la persona en cuestión. Además, se puede empezar con meditaciones de unos diez minutos que poco a poco vayan aumentando hasta llegar a los treinta minutos.
Coger buenas posturas
La posición del cuerpo es fundamental en la meditación y es que, aunque existen muchas posturas para poder llevarla a cabo, todas ellas coinciden en el hecho de que la espalda debe de permanecer recta y la persona, en una posición cómoda, ya sea sentado sobre el suelo, en una silla o tumbada. Esto favorecerá la relajación de la persona y la concentración ante lo que se está haciendo.
La respiración
Una de las recomendaciones más eficaces para concentrarse, relajarse y encontrarse con uno mismo es poner atención sobre la respiración profunda. Gracias al control de esta la persona conseguirá entrar en el juego de la meditación más rápido y a su vez, con menor dificultad. Hay quienes recomiendan cerrar la boca durante la respiración y no tensar la zona facial (mandíbula y dientes).
Música, aromas y velas
Hay quienes deciden practicar la meditación acompañados de una música relajante, sonidos evocadores, velas con aromas, etc. Esto, mientras que para algunos es un estorbo para otros, es de gran ayuda para conseguir su objetivo. Dicho de otro modo, son las herramientas perfectas para facilitar la conexión con uno mismo y la relajación total.
Posición de manos
Aunque mucho se habla sobre la adecuada postura de manos, lo cierto es que no hay una única manera de colocarlas. En este caso, será como la persona lo decida. Por ejemplo, apoyadas en las rodillas, juntar palma con palma, apoyarlas sobre el suelo....En definitiva, aquella posición que permita una mayor relajación y con la cual la persona se sienta lo más cómoda posible.
La meditación, una cuestión de tiempo
En conclusión, son muchos los consejos que pueden seguirse para conseguir ejercer la meditación de la manera más correcta. No obstante, es importante decir que no se consigue de la noche a la mañana y que en el caso de los principiantes, es normal que surjan pensamientos o ideas durante la meditación en sus cabezas.
Ante esto, deberán evitar el ponerse nerviosos y concentrar todos sus esfuerzos en aislar su mente de cualquier preocupación. De esta manera, y con constancia, conseguirán sus objetivos y podrán llegar a controlar sus pensamientos, a dejar de lado sus miedos, a tener un mejor bienestar, a evadirse de las situaciones de estrés y tensión, etc.