Cuando tomamos la decisión de hacer una dieta por ligera que sea, tenemos que plantearnos este proceso como un trabajo añadido a todas las tareas diarias. También tenemos que tener en cuenta numerosos factores que crearán cambios no solo en los hábitos alimentarios sino en nuestras costumbres. Aparte de esto nuestro cerebro y nuestra mente juegan un papel muy importante durante la dieta, sobre todo para llegar a terminarla satisfactoriamente.
Para que una dieta funcione tenemos que hacer un trabajo global, no solo de alimentación sino de control y conocimiento mental. Esto es una de las claves para lograr que nuestra dieta funcione, no nos aburramos de ella y al final abandonemos. El objetivo es reformular nuestras costumbres y adquirir otras más healthy y modelar nuestra mente. Nuestro metabolismo es el encargado de la rapidez con la que los kilos se pierden o no, sin embargo, la mayor responsable de que la dieta llegue a buen puerto es nuestra mente.
La mente es una de nuestras grandes aliadas en este proceso pero también puede ser una de nuestras mayores enemigas, pues va buscando coartadas emocionales y excusas psicológicas en nuestra cabeza para hacernos comer de más o evitar hacerlo y esto es lo que más puede hacerte perder el trabajo logrado en la dieta.
Lo primero que tenemos que tener claro cuando empezamos una dieta sea o no de adelgazamiento, es por qué queremos hacerla. La motivación es la mejor manera de calibrar si lograremos perder esos kilos. La motivación correcta será la clave para mantener el compromiso asumido con nosotros mismos en esta transformación. Podemos comenzar valorando los pros y los contras de empezar una dieta y escribirlo en un papel. Podemos plasmar lo bueno en una tarjeta donde quepan todos los pros y acompañarla con imágenes que se relacionen con lo que hemos escrito. Este collage motivacional podemos tenerlo siempre a la vista o mantenerle en nuestra cabeza, memorizándolo y de esta manera nos ayudará en el camino.
LOS AUTOSABOTAJES DE NUESTRA MENTE
Todos pensamos que si tenemos claro que queremos hacer dieta y de qué manera hacerla, podremos resolver con éxito los momentos de duda y bajones que nos puedan surgir a lo largo del camino, y superar los malos hábitos que es posible que tengamos enraizados desde hace ya mucho tiempo y que seguramente se nos hayan cronificado si hemos hecho varias dietas a lo largo de nuestra existencia. Pero la parte emocional de nuestra mente tiene una importancia vital cuando se trata de realizar restricciones y adaptarnos a una nueva situación en nuestra vida aunque nosotros lo deseemos.
- Empezamos una dieta con ilusión y en nuestra cabeza pensamos seguirla pero lo normal es que haya altibajos de comportamiento y sentimientos durante el proceso de adelgazamiento.
- Nuestra mente maneja nuestras emociones y nosotros nos fiamos de nuestra mente, pero esto puede ser un problema porque si nosotros no tenemos suficientes recursos psicológicos o habilidades para dominarlo podremos perder lo ganado. Las emociones son una pieza clave de los fracasos. En nuestra cabeza conviven las ganas de perder peso con las emociones negativas que se generan a lo largo de nuestra vida diaria. Si tenemos un mal día, nos sentimos más ansiosos, estamos más tristes etc, nuestra mente genera lo que en psicología se llama 'distorsiones cognitivas'. Estas distorsiones nos autosabotean y lo más fácil para apaciguarlas sera acercarnos a la nevera para eliminar la ansiedad comiendo. Por el incumplimiento de la regla se genera un sentimiento de culpa y es habitual que aparezca aún más ansiedad, así se crea un círculo vicioso que a veces no se puede controlar, de esta manera se llega a el "hambre psicológica", que se deriva de los problemas psicológicos que dominan a la persona por lo que se come sin tener hambre fisiológica. El hambre psicológica nos produce bienestar momentáneo pero sabotea nuestra dieta. Si vemos que esto nos domina lo mejor sería optar por comida sana o logra cambiar el chip en nuestra cabeza.
- En nuestra mente se manejan muchos conceptos cuando emprendemos una dieta y ya sabemos que nos juega malas pasadas en el camino hacia nuestra meta. Uno de esos conceptos es la "confianza dietética". Esta confianza es la que tiene la persona en sí misma para cumplir la dieta, por ejemplo, si una persona ha realizado diferentes dietas y ha fracasado en todas, un nuevo intento irá unido a baja confianza y al escepticismo de conseguir el objetivo. En este momento el trabajo mental en adquirir de nuevo confianza en sí mismo es un trabajo muy importante para la persona.
- Un fenómeno que también hay que tener en cuenta y que nos invade la mente a menudo, es la 'profecía autocumplida', esto se refiere a cuando una idea que se teme hacemos que se cumpla. Si en nuestra cabeza nos ronda la idea de que va ser una dieta más, probablemente busquemos señales que provoquen que no funcione o haremos cosas en contra de nuestro objetivo. Tenemos que estar muy centrados y muy motivados para eliminar esa idea.
- Hay un efecto que se aplica a las personas con alguna adicción, ya sea al alcohol, drogas, etc. este efecto se llama 'efecto de Violación de la Abstinencia (EVA)' se puede emplear en el caso de que una persona esté realizando una dieta; por ejemplo, un sujeto que está adelgazando en un ocasión realiza un comportamiento contrario a ella, comerse un trozo de tarta y ante la incongruencia y el malestar subsiguiente entre lo que uno se había propuesto hacer y lo que realmente ha hecho, decide reducir su disonancia abandonando al primer fallo en su dieta y así seguirá comiendo dejando su plan de adelgazar. Si lo pensamos bien, es un único fallo, casi inevitable en el aprendizaje de algo nuevo. Pero la idea de que debemos mantener una coherencia constante nos acaba abocando al fracaso. Visto desde la óptica de la Terapia Cognitiva, la decisión de cambiar un hábito puede ser muy favorable, siempre y cuando no sea vista como una necesidad ilógica. Cuando tengamos una caída, no sabremos aceptarlo como parte del proceso de cambio y seguiremos cayendo en el fracaso. Tenemos que ver que aunque nosotros comamos algo que no está permitido en la dieta, no tenemos que sentirnos culpable por ello y podremos retomar y seguir con nuestro camino, perdiendo peso. Es solo un pequeño salto hacia atrás, que si lo racionalizamos veremos que podemos seguir nuestra tarea hasta el objetivo planteado, no tenemos que pensar que hemos fracasado, al contrario si logramos seguir después de ese momento será una victoria.
ENSEÑANDO A NUESTRA MENTE
La mente es uno de los jugadores muy importantes en la partida, sobre todo cuando empezamos un plan de adelgazamiento o pretendemos hacer algún cambio en nuestra dieta. Desde hace unos años se ha demostrado que las emociones, pensamientos y sentimientos juegan un papel determinante, no solo en el hecho de ganar o perder peso, sino en la actitud con la que se afronta la dieta. Esto último es muy importante dentro de la motivación de las personas. Los especialistas saben que hay muchos factores no endocrinos que tienen poco que ver con el hambre fisiológico y que manejan los hilos de nuestro apetito y nuestra relación con la comida.
Tenemos que empezar a trabajar con nuestra mente, hacerla ver que somos nosotros los que dirigimos la situación y no ella. Por eso, están aplicando una serie de técnicas y dando consejos profesionales más innovadores a nivel global, para conseguir que las personas que quieran iniciar una dieta logren llegar a su objetivo y mantener el peso conseguido, como puede ser la alimentación consciente, la dieta intuitiva, 'mindful eating', coaching nutricional o la psiconutrición.
Estas técnicas, más que dieta alimentaria, son educación y transformación mental. Las nuevas tendencias en métodos de adelgazamiento u otra dieta, tienen mucho más de mente que de cuerpo, y la mayoría de ellos se enfocan hacia el mismo objetivo: gestionar lo que se conoce como hambre emocional, el recurrir a la comida como método de distracción, evasión de problemas o situaciones desfavorables internas, que nos hacen perder la concentración y el estar en el momento presente y cuyo origen es psicológico.
Las nuevas técnicas nos ayudaran a entrenar el cerebro para cultivar un estilo de vida más saludable y cambiar de hábitos, esto está en nuestras manos. Con ello conseguiremos corregir los malos hábitos que viven en nuestra cabeza y que sabotean nuestra dieta.
Los expertos en nutrición nos plantean basar nuestra forma de alimentarnos en adquirir nuevos recursos psicológicos y el aprendizaje de hábitos nutricionales y nos proponen unas sencillas pautas que, con un poco de práctica, nos ayudarán a llevar la dieta más eficazmente y con más alegría, y a mantener un peso saludable en el tiempo. Lo mejor es tener una dieta personalizada tanto en la alimentación como en la mente.
El objetivo de las nuevas técnicas es lograr que nosotros mismos tengamos la capacidad de recuperar el control y la decisión, transformando nuestra mente y así volver a tenerla como la gran aliada que tiene que ser.