Para muchos, la merienda supone un momento de descanso durante una tarde ajetreada por el trabajo o las actividades familiares. Y es que a pesar de que se tiene la creencia de que la merienda tan solo es una comida que deben hacer los niños, lo cierto es que los adultos también deberían hacerla para evitar llegar con el estómago vacío a la cena y comer más de lo necesario antes de ir a la cama.
Eso sí, no vale con coger cualquier cosa de la nevera, sino que debe ser una merienda en la que los productos saludables estén presentes. Para ello es necesario eliminar ingredientes como el chocolate o las galletas, así como otros que te indicamos a continuación.
Las galletas
En la mayoría de las ocasiones, la merienda se suele relacionar con comidas rápidas de hacer y que no sean demasiado complicadas. Por ello las galletas suelen ser las protagonistas de este momento del día, algo que es un error. Estos productos se caracterizan por ser alimentos ultraprocesados, con un gran nivel de azúcar, de grasa y otras sustancias que no son nada beneficiosas para el organismo.
Y es que da igual si son galletas light, de avena o integrales, en mayor o menor medida contendrán productos que los expertos recomiendan evitar siempre que se pueda y no dejarse engañar por las etiquetas, pues las galletas siempre contienen una gran cantidad de calorías.
Eso sí, si no quieres despedirte de las galletas o si son el acompañante perfecto para tu café de media tarde, puedes optar por prepararlas caseras y siguiendo una receta que utilice ingredientes sanos y beneficiosos para el cuerpo.
Las barritas de cereales
Al igual que ocurre con las galletas, las barritas de cereales o las energéticas suelen ser también protagonistas en la mayoría de las meriendas. Esto es así porque se tiene la errónea creencia de que estos productos están hechos con ingredientes que no sólo son saludables para el organismo, sino que aportarán una gran dosis de energía para continuar con el día. Además, se pueden encontrar de muchos sabores para todos los gustos y comerlas es tan sencillo como abrir el paquete.
Sin embargo, también es otro ingrediente que debería evitarse en la mayor medida de lo posible al contener una gran cantidad de aditivos, azúcares y grasa. Al igual que ocurre con las galletas, una opción es hornear las barritas de cereales en casa, una ventaja no sólo por hecho de ser mucho más sanas sino porque podrás añadir aquellos ingredientes que más te gusten. En todo caso, antes de optar por galletas o barritas industriales, lo más recomendable es escoger tortitas de arroz o de maíz que no contengan aditivos.
Productos lácteos
A excepción de la leche, el queso o los yogures, el resto de postres lácteos como las natillas, el flan o los batidos no deberían consumirse durante la merienda ni, en general, durante el resto del día. Estos productos no sólo son ultraprocesados, sino que destacan por la cantidad de azúcar que contienen. Esto no sólo es perjudicial para la salud sino que también hace que aumente la ansiedad por consumir más azúcar, por lo que detrás de unas natillas es fácil optar por una chocolatina o algún tipo de golosina.
La excepción a todo ello es, como se ha indicado, la leche, el queso y los yogures. Eso sí, en el caso del queso hay que controlar la cantidad que se consume y la variedad escogida, ya que pueden contener grandes niveles de grasa. Por su parte, el yogur siempre debe ser natural y nunca azucarado, ya que se puede endulzar con un poco de miel o edulcorante líquido y agregar un poco de fruta o unos frutos secos para lograr una merienda más equilibrada.
El embutido
¿Quién no ha merendado nunca un buen bocadillo? El chorizo, el lomo o el salchichón suelen ser los grandes protagonistas de los sándwiches que se comen a media tarde, aunque se trata de productos que también habría que tratar de evitar a toda costa. La respuesta es muy sencilla: tienen una gran cantidad de grasas saturadas y con grandes niveles de sal.
Esto no quiere decir que haya que desterrar al bocadillo de toda la vida de la merienda, sino que hay que optar por rellenos más saludables como el tomate natural, el aguacate o el huevo. Y, si la tentación del embutido es demasiado grande, hay que escoger alternativas que sean más saludables -aunque no por ello más aconsejables- como es el jamón cocido o la pechuga de pavo que, cuanto más natural, mejor.
Los zumos
Por su puesto, todos aquellos zumos que no sean naturales sino industriales hay que eliminarlos de la merienda y de cualquier otro momento del día. Éstos contienen grandes cantidades de azúcar frente a un porcentaje mínimo de fruta. En lo que se refiere a los zumos naturales, éstos no hay que dejar de tomarlos pero sí controlar la cantidad que se toma. Y es que el zumo no deja que ser una forma de consumir sólo el azúcar de la fruta dejando de lado la fibra y demás elementos realmente beneficiosos para el organismo.
El pan
A pesar de lo que se crea, el pan no es un producto que engorde en exceso, ya que como cualquier otro ingrediente se trata de controlar las cantidades que se consumen. Por ello, a la hora de merendar no hay que dejar el pan de lado, pero sí pensar que no hay que excederse en su consumo.
Por ejemplo, se puede optar por comer una pequeña cantidad durante las distintas comidas o bien concentrarlo en un mismo momento. En este sentido también es más recomendable elegir un pan fresco de panadería -puede ser integral, de avena, de salvado...- antes que pan de molde, pues éste último contiene bastantes conservantes.
La fruta
Al igual que ocurre con el pan, la fruta no es un producto que haya que evitar. Al contrario, debe estar muy presente en la dieta diaria. Lo que hay que controlar es el número de piezas que se comen en un día, pues son productos sanos pero que contienen grandes niveles de azúcar.
El chocolate
A todo el mundo le gusta un bocado dulce en un momento de descanso como es la merienda, pero hay que saber elegir el tipo de chocolate. Los expertos indican que lo más recomendable es el chocolate negro que contenga, al menos, un 82% de cacao. Y es que el chocolate con leche y resto de variedades se caracterizan por su elevado porcentaje de azúcar. En un primer momento, el chocolate negro puede parecer demasiado amargo para quien lo consume por primera vez, pero tan solo es cuestión de acostumbrarse.