La cena es el momento del día en el que ya se puede dar por terminada la jornada laboral. La señal de que ya ha llegado el momento para relajarse en el sofá antes de ir a la cama y disfrutar de un sueño más que merecido. Sin embargo, es precisamente este cansancio el que produce que muchas veces no se piense demasiado en qué cenar y simplemente se abra la nevera para comer lo que se encuentre.
Esto es un grave error, ya que muchas veces lleva a cenar alimentos que provocarán una digestión difícil, que producirán gases o que favorecerán el reflujo estomacal. El resultado de esa mala elección será una noche dando vueltas en la cama. Si quieres evitar que esto te suceda, aquí tienes una lista de alimentos que deberías evitar en las cenas.
1. Los lácteos
A pesar de se que suele decir que para dormir bien hay que tomarse un vaso de leche templada antes de acostarse, lo cierto es que éste es un alimento bastante indigesto. Es por eso por lo que los expertos indican que por la noche debería limitarse el consumo de queso, yogur o postres hechos a base de leche como el arroz con leche o las natillas debido a que tienen mucho azúcar y, además, pueden producir el aumento de ácido en el estómago y provocar el reflujo durante la noche.
En caso de querer cenar algo de queso, lo mejor es apostar por variedades frescas como la mozzarella o el queso de Burgos, ya que los curados contienen un aminoácido que pone al organismo alerta y que se conoce como tiramina.
2. La carne roja
La carne roja está en entredicho desde hace ya algún tiempo, ya que algunos estudios indican que se consume más veces por semana de lo que sería realmente saludable, siendo lo más recomendable que tan sólo esté presente en el menú semanal en 2 ocasiones. Lo mejor es sustituirla por pescado, sobre todo a la hora de cenar.
Y, si no, lo mejor es optar por carnes magras como el pollo o el pavo. Esto se debe a que la carne roja tiene un alto contenido en grasa saturada y en proteínas, lo que la hace bastante indigesta y su consumo por la noche puede provocar que se pase la noche dando vueltas en la cama sin poder dormir. Además, también reducir la serotonina, cuyas principales funciones son la de regular el estado de ánimo y el sueño.
3. El chocolate
El chocolate es, para muchas personas, ese pequeño capricho que se dan al final de un largo día de trabajo y obligaciones. Sin embargo, su consumo está relacionado con un descanso no del todo correcto, sobre todo si se trata de chocolate negro.
Con esto no se quiere decir que no deba comerse antes de ir a la cama, sino que debe ser en una cantidad muy moderada y nunca superior a las 3 onzas. Esto es así porque el chocolate, al igual que los quesos, contiene tiramina que hará que estés toda la noche alerta por su efecto estimulante.
4. Algunos vegetales
La lechuga, el brócoli o el repollo son alimentos que son muy nutritivos y que los expertos aconsejan incluir en cualquier dieta, aunque siempre durante el día. Esto se debe a que tienen una gran cantidad de fibra insoluble en su composición nutricional que provoca que sean difíciles de digerir. Además, son alimentos que se relacionan con la producción de molestos gases e hinchazón abdominal cuando se está en la cama.
5. Los embutidos
El jamón serrano, el chorizo, el lomo o el salchichón pueden parecer una cena rápida y sencilla cuando llega la noche y no se ha tenido tiempo de preparar nada. Sin embargo, esto es un error. Los embutidos contienen mucha sal y grasas que dificultan la digestión y que harán que el sistema digestivo esté trabajando durante toda la noche al mismo tiempo que tratas de conciliar el sueño. Pero tampoco es una buena solución sustituirlos por jamón cocido o pechuga de pavo, ya que aunque contienen menos grasa son alimentos procesados que también contienen muchos aditivos.
Otro de los problemas de cenar embutido es que normalmente se acompañan de una gran cantidad de pan. Con esto no se quiere decir que no haya que consumir carbohidratos por la noche, sólo que hay que comerlos en pequeñas cantidades. Y esto no se debe a que por las noches engorden más que por el día -ya que el aporte calórico no varía según la hora de consumo-, sino porque son de digestión difícil y dificultarán el sueño.
6. Las legumbres
Los garbanzos o las judías son alimentos que, si bien son muy recomendables consumir de forma habitual por sus beneficios en el organismo, también son conocidos por producir gases que pueden ser molestos a la hora de ir a la cama. Esto se debe a su alto contenido en fibra y en oligosacáridos, sustancias prebióticas que no son fáciles de digerir. En caso de querer incluirlos en la cena, lo mejor es que se haga como guarnición y no en grandes cantidades.
7. Algunas frutas
La fruta es uno de los alimentos a los que más se suele recurrir a la hora de cenar, ya que son ligeras y no necesitan preparación. Aunque, en general, son una buena elección, hay ciertas frutas que deberían evitarse si se quiere tener un sueño reparador.
Este es el caso de aquellas que tengan un elevado aporte calórico y de azúcar. También hay que evitar aquellas variedades que son ricas en vitamina C como el kiwi, las fresas, la mandarina o la naranja, ya que son muy ácidas y puede favorecer el reflujo estomacal.
8. Las setas
Los champiñones, los níscalos o cualquier otra variedad de setas son alimentos muy nutritivos que aportan una gran cantidad de beneficios al organismo. Sin embargo, los expertos recomiendan evitarlos en la cena al ser alimentos que se encuentran dentro de los difíciles de digerir. En todo caso deben incluirse en pequeñas cantidades en platos como ensaladas o revueltos.
9. La pizza
Esta es una de las elecciones preferidas cuando se trata de pensar en qué cenar. Deliciosa, rápida de hacer y perfecta para acompañar a una película o a una serie. El problema es que la pizza no sólo contiene una gran cantidad de hidratos de carbono de difícil digestión, sino que también tiene grasas y aceites.
Es por eso por lo que se recomienda evitar las pizzas precocinadas y optar por prepararlas caseras con ingredientes de calidad. Además, hoy en día que pueden encontrar una gran variedad de alternativas fitness para mantener la línea sin tener que renunciar a ella.