De manera más general, es imprescindible conocer las características físicas de uno mismo ya que estas condicionan de forma importante nuestra vida en general y nuestro día a día en particular. Saber nuestra altura y peso, la forma de nuestro cuerpo, etc. establecerán algo tan común como la manera de vestir. Pero esto cobra aún mayor importancia en un ámbito en el que la ropa es de vital importancia es el mundo del deporte. El atuendo que escojas para realizarlo influirá de manera considerable en que te sea más sencillo o más complicado o que incluso lo hagas bien o lo hagas mal, implicando esto último que puedas acarrear algún tipo de lesión.
En cuanto al mundo del running se refiere, el elemento más importante es el calzado que se escoja para practicarlo. El material, la ligereza, el agarre del pie y, lo que atañe al tema que se habla en este artículo, la suela, vinculada directamente con la forma en que se pise. No todo el mundo apoya el pie de la misma forma tanto a la hora de correr como a la de caminar, por lo que se establecieron tres tipos de pisada: pronador, supinador o neutro.
A continuación se explicará de manera pormenorizada cada una de ellas de forma que puedas identificar que tipo de pisada es la tuya y te ayude a tomar decisión de compra a la hora de hacerte con algo tan básico como una zapatillas de deporte.
Pronador
La pisada de pronador se define como apoyar el pie por el lado de dentro. Es decir, a la hora de hacer una pisada primero se apoya el talón y posteriormente en pie se tuerce hacia dentro acumulando todo el peso en la zona del puente hasta llegar a la punta. No tiene porqué ser una cosa excesivamente exagerada, de hecho en la mayoría de los casos se realiza un giro de tobillo totalmente natural que no denota ningún tipo de problema. Si bien, hay ciertos casos que es demasiado exagerado por lo que es importante ya tomar cartas en el asunto para poner solución en vistas a posibles problemas en un futuro.
Este tipo de pisada se suele dar en gente que tienen muy poca forma en el arco (pero sin llegar a considerarse que tenga los pies planos). También es la más común en la gente que practica asiduamente el deporte de running ya que el cuerpo por propia inercia suele tender a poner el peso en el interior para que la torsión del tobillo, en el caso de encontrarse con un obstáculo en el terreno, es más complicado que se produzca una lesión por no torsionar de forma brusca del tobillo. Hacen una función similar a los amortiguadores de un coche.
Supinador
Al contrario del anterior, en la pisada de supinador todo el peso recae sobre el lado externo de pie. Es decir, la transición entre apoyar en talón y los dedos el tobillo hace un pequeña torsión hacia afuera. Esto es lo común en las personas que tienen un arco del pie muy pronunciado por lo que inevitablemente solo el lado externo del pie puede llegar a hacer apoyo. Esta pisada es más propensa a las lesiones ya que a la hora de pisar algún obstáculo toda la fuerza hará que el tobillo se torsione más fácilmente.
Neutro
Esta última, como bien su nombre indica, no tiene tendencia ni hacia afuera ni hacia adentro si no que la pisada dibuja una especie de línea recta en la planta del pie. De forma que el peso recae de forma perpendicular al cuerpo. También se conoce como pisada universal o pisada normal.
Cómo identificar el tipo de pisada
Hay cuatro formas de saber que tipo de pisada se tiene. La más rudimentaria y rápida es comprobando el desgaste de unas zapatillas que se usen a diario. El desgaste del talón y la suela nos indicará si se es pronador, supinador o neutro. Como ya explico, en el caso de pronador, la parte más desgastada es la interior del calzado; en el caso del supinador, la parte externa; y en el caso del nuestro puede ni siquiera llegar a notarse o como mucho un poco en el centro del talón.
Si a la hora de observar esto vemos que además del talón también está desgastada la zapatilla por los laterales (en el caso de pronador o supinador) eso significa que nuestra pisada es muy pronunciada y eso ya no es algo tan natural y bueno para nuestros pies en particular y el resto del cuerpo en general. De ser así, habrá que acudir a un podólogo para que lo observe detenidamente y decida si es necesario el uso de plantillas para corregirlo.
Otra forma de saberlo es mojando la planta del pie y pisando sobre un papel. Así podremos observar que se dibuja con la humedad que reflejará la forma en la que ejercemos fuerza a la hora de pisar. Y ya, como tercera y última forma casera, se puede recurrir al truco de 'las tres sentadillas'. Como bien su nombre indica, consiste en hacer tres sentadillas pero con las manos en cadera. Cuando vayamos a realizar la última, tenemos que prestar ateción a las rodillas. Si estas hacen fuerza una con la otra, significará que la pisada es de pronador; en el caso de que se separen, la pisada supinadora.
Pero si lo que queremos es hacerlo de una forma segura y que nos de todo tipo de detalles para nuestra pisada, lo mejor es acudir a un podólogo o especialista más concreto a que nos realice un estudio. De esta forma nos dirán a ciencia cierta qué tipo de pisada tenemos, a qué nivel y si hay alguna medida que debamos tomar a la hora de utilizar algún tipo de calzado. Esta información también será muy útil posteriormente a la hora de acudir a una tienda a adquirir una zapatillas de deporte de forma que aportando la mayor información y así los dependientes puedan ofrecernos la que mejor se adapte a nosotros.