La proteína en polvo es un tipo de suplemento de fácil absorción que se aporta a la dieta, especialmente en casos de aquellas personas que entrenan de forma rutinaria y que tienen objetivos claros como bajar de peso o definir el cuerpo. Este producto suele estar directamente extraído de otros alimentos altos en valor proteico como es el caso de los huevos, la leche o la soja y que, tras ser procesado, adquiere el aspecto de polvo. Actualmente se pueden encontrar una gran cantidad de marcas de proteína en polvo en el mercado y hay que cerciorarse de saber en todo momento de dónde ha sido extraído el producto, pues éste debe ser siempre de calidad.
Además, antes de comenzar con el consumo de proteína en polvo -normalmente a través de batidos- hay que consultar con un médico o un nutricionista que valorará las circunstancias personales, recomendando o no introducirla en la dieta y la cantidad adecuada. Sin embargo, hay que destacar que cuando se lleva una alimentación correcta no hay que recurrir a este tipo de suplementos, siendo tan solo recomendable en casos muy puntuales. A continuación, te mostramos cuál es la cara y cruz de consumir proteína en polvo.
Beneficios de la proteína en polvo
Una de las principales razones por las que los deportistas deciden introducir este producto en su alimentación es para lograr cubrir su necesidad diaria de proteínas cuando no pueden alcanzarlo consumiendo otros productos como huevos o carne. Este es, por ejemplo, el caso de una persona que realiza ejercicio físico de forma rutinaria y que está buscando aumentar su nivel de grasa corporal, objetivo para el cual tendrá que consumir una cantidad elevada de proteína. Otros de los beneficios que se pueden encontrar en el consumo de proteína en polvo son:
- Ayuda a bajar de peso gracias al gran efecto saciante que suelen tener los batidos de proteínas. Sin embargo, su consumo no debe sustituir a ninguna comida completa, sino que deben tomarse entre horas. Además, también pueden servir como snacks evitando la tentación de consumir otros productos poco saludables cargados de azúcares y de grasas.
- Otro de los efectos de que este suplemento nutricional ayude a tener durante más tiempo la sensación de estómago lleno es que reduce la ansiedad que se suele relacionar con las dietas y el déficit calórico.
- Repara y protege el tejido muscular, sobre todo cuando la proteína se consume después del entrenamiento. A la hora de hacer ejercicio se pueden producir daños en los músculos debido a un calentamiento pobre, a un mal movimiento o a diversos motivos más. Es por ello por lo que no es raro que un deportista sufra en algún momento calambres, una distensión muscular, una rotura de fibras o, incluso, un desgarro del músculo. El consumo de proteína puede ayudar a reconstruir las fibras dañadas, recuperándolas de la fatiga del día a día.
- Otro de los beneficios de este suplemento es que puede acelerar el metabolismo, ya que la proteína en polvo suele ir acompañada de otras sustancias como té verde o vitamina B12 que ayudan a las enzimas encargadas de romper los enlaces de los alimentos, haciendo que éstos se conviertan más rápidamente en energía que el cuerpo puede seguir aprovechando para realizar las actividades diarias.
- Puede fortalecer el sistema inmunitario y ayudar a recuperarse de afecciones y lesiones cuando la proteína en polvo también está acompañada de una sustancia conocida como lactoferrina. Se trata de una proteína globular que tiene propiedades bactericidas, fungicidas y antivirales, además de ayudar a mantener en buen estado los huesos.
Riesgos de consumir proteína en polvo
Hay ocasiones en los que se opta por introducir este suplemento de proteínas en una alimentación sin haber consultado previamente con un médico o un nutricionista. Muchas veces esto deriva en que se toma de forma desproporcionada -pues el consumo de proteína diaria debe ser de 0,8 gramos por cada kg de peso- y puede derivar en algunos problemas como los que se presentan a continuación.
- Su consumo puede producir la pérdida rápida de minerales, entorpeciendo el normal entrenamiento físico y favoreciendo la deshidratación. Y es que otro de los efectos comunes de este suplemento es que aporta grandes niveles de nitrógeno en la sangre, produciendo la sensación de que no se tiene sed. Es por ello por lo que a aquellas personas que incluyen la proteína en polvo en su dieta se les recomienda consumir grandes cantidades de agua de forma diaria.
- Desarrollo de cetosis que afecta directamente al metabolismo cuando el organismo se ve obligado a recurrir a la grasa corporal como fuente de energía. De esta forma, se produce un déficit de carbohidratos en el cuerpo que puede traer consecuencias como mareos y dolor de cabeza, nauseas, arritmias, pérdidas de músculo y niveles de glucosa anormalmente bajos.
- La inflamación abdominal debido a la retención de líquidos es otro de los riesgos del consumo de proteína en polvo, ya que puede interdecir de forma negativa en el normal proceso digestivo.
- Desarrollo de otras afecciones como acné, piedras en el riñón producidos por los depósitos de calcio o reacciones alérgicas, debido a que este suplemento suele ir acompañado de otras sustancias como aceites, azúcares, lactosa o creatina. Además, estas sustancias añadidas también pueden llevar al aumento de peso.
- Puede reducir los niveles de serotonina, la conocida como 'hormona de la felicidad', contradiciendo la idea más difundida de que la proteína en polvo ayuda a elevarla. El aumento de aminoácidos provocado por el suplemento compite en la sangre con el tripotófano, el precursor de la serotonina. Cuando el cerebro no recibe la cantidad adecuada de triptófano se reducen los niveles de serotonina al mismo tiempo que aumenta la sensación de hambre.
- Provoca osteoporosis en casos de consumo excesivos de proteína en polvo, ya que éstas tienen un pH ácido y cuando el cuerpo trata de nivelarlo lo hace a través del calcio presente en los huesos.
- En casos de personas con afecciones de riñón como una insuficiencia renal los riesgos aumentan. El consumo de este producto puede ayudar a agravarlos al aumentar la presencia de sustancias como el nitrógeno en el organismo. Además, también puede afectar al hígado y acabar provocando una hepatitis aguda.
Como has podido comprobar, el consumo de proteína en polvo tiene tantos beneficios como riesgos. Es por eso por lo que es esencial que antes de introducirlos en la dieta se consulte con un profesional que pueda valorar la situación personal. Y, en caso de hacerlo, siempre habrá que seguir las indicaciones del médico o nutricionista para consumir las cantidades adecuadas que disminuyan la posibilidad de poder sufrir efectos secundarios.