Las grasas aportan a nuestro cuerpo una gran cantidad de energía y vitaminas. Estos alimentos tienen un lugar imprescindible en nuestra alimentación diaria ya que nos proporcionan los nutrientes que nuestro organismo necesita para funcionar. Por lo que si queremos realizar una dieta equilibrada no podremos dejar atrás en ningún momento a las grasas.
Sí, no has leído mal, las grasas. Al igual que ha surgido con los hidratos, sobre este alimento se ha pensado en una gran mayoría de ocasiones que hay que consumirlo lo menos posible para que así nuestro cuerpo no albergue grasas en nuestro interior. Pues bien, su perfecto consumo no consiste en tomar las mínimas posibles, sino aquellas que son más saludables.
Grasas buenas y malas
Dentro del grupo que coloquialmente se llaman grasas buenas se encuentran aquellas que ayudan al corazón y a aumentar los niveles del colesterol bueno. Su nombre específico es grasas insaturadas y estas se dividen en otros dos grupos:
- Por un lado están las grasas poliinsaturadas donde destacan los alimentos ricos en Omega 3 como son el pescado azul, el salmón, las sardinas o el bonito. Además, se encuentran algunos aceites vegetales y la margarina.
- El otro grupo son las grasas monoinsaturadas y en ellas se encuentran varios tipos de aceite como el de oliva o nabina, frutos secos y el aguacate.
Las grasas malas se denominan así debido a que su ingesta puede provocar altos niveles de colesterol y problemas cardiovasculares. Entre ellas se encuentran las grasas saturadas y grasas trans o hidrogenadas.
- En el primer grupo se encuentran la manteca, grasa láctea, carne, piel de pollo y cerdo, helados y queso. El componente común que todos estos alimentos albergan es que provienen de animales y que se mantienen a temperatura ambiente. Pero a parte de estos alimentos sólidos, también ha que tener cuidado con algunos líquidos como son el aceite de palma o de coco.
- En el segundo grupo se produce una transformación de las grasas insaturadas en saturadas mediante un proceso de hidrogenación. Este proceso se suele utilizar para alargar la vida útil del consumo y a la vez mejorar su textura. Los alimentos que se encuentran en este lugar son los caramelos, las galletas, los helados, la margarina, las palomitas de microondas, los productos de bollería y pastelería industrial, los alimentos precocinados como empanadillas, croquetas, pastas y pizzas, las salsas comerciales y los snack dulces y salados.
¿Cuáles son los beneficios que pueden ofrecer las grasas buenas?
- Producen energía en nuestro cuerpo.
- Regulan las hormonas.
- Vehiculizan vitaminas.
- Aportan vitaminas A, D, E, y K.
- Previene la inflamación celular.
¿Cuánta grasa debo consumir?
La cantidad exacta de consumo de grasas para conseguir la energía necesaria y no conseguir un aumento de peso se encuentra en el 30%. Aunque la Organización Mundial de la Salud en el 2018 estableció unas pautas más específicas para así evitar el aumento de enfermedades en la sociedad con son las cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias o diabetes. De esta forma, estableció que el consumo diario de grasas saturadas se debe reducir hasta un 10% y las grasas trans al 1%. A parte de esto, también ha realizado un llamamiento a los Gobiernos para que actúen reduciendo o eliminando el contenido en grasas de los alimentos de consumo humano.
Los productos bajos en grasas
Pero llegados a este punto puede ser que muchas personas se pregunten si los productos bajos en grasa que le han estado ofreciendo hasta ahora son buenos o no. En este caso hay que decir que estos alimentos eliminan las grasas saturadas de su contenido y los consumidores se suelen confiar sin mirar los otros ingredientes. Y es que para que su sabor no sea amargo, no que suelen hacer tras eliminar estas grasas es añadirle azúcar, por lo que según el dicho popular dice: "Es peor el remedio que la enfermedad", ya que un consumo abusivo del azúcar puede provocar enfermedades como la obesidad, diabetes o hipertensión.
En conclusión, se recomienda que los consumidores se fijen bien en todos los ingredientes que vienen en las etiquetas de cada producto y se informen bien ya que años atrás se han propagado diferentes bulos en los que le demonizaban todos los carbohidratos y grasas y alzaba el consumo de azúcar.