Seguro que más de una vez has pensado en practicar Yoga o al menos te has preguntado de qué se trata. El Yoga significa unión como disciplina de filosofía de vida. Esta unión es la de nuestro cuerpo y nuestra mente, todo ello para lograr armonía física, mental y espiritual. Se cree que el Yoga tiene una antigüedad de más de 5000 años, según la información de los textos más antiguos de la humanidad, los vedas.
Las clases de Yoga son mucho más que un simple ejercicio de relajación. Los objetivos principales de esta técnica se obtienen, sobre todo, cuando empezamos a escuchar a nuestro cuerpo con sensibilidad; al ser capaces de observar los procesos de nuestra mente con objetividad. También es un objetivo aprender a vivir la vida desde nuestra realidad interior, respondiendo al presente con plena conciencia. Aunque sintamos que lograr estas metas es complicado, con trabajo y constancia es muy posible llegar a un estado de paz y relajación.
Beneficios de hacer yoga
Aumento del sistema inmunológico
Esta disciplina de meditación ayuda a reducir el nivel de cortisol (la hormona que provoca el estrés), por lo que refuerza el sistema inmunológico. Debemos tener en cuenta que unos niveles altos de cortisol pueden provocar cambios de humor, aumento de peso, problemas de sueño, presión arterial alta etc. El Yoga, al incidir directamente sobre esta hormona, aumenta nuestra resistencia inmunológica hacia enfermedades e infecciones.
Mejora de la respiración con técnicas de relajación
También nos ayuda a mejorar la respiración y nos enseña a hacerlo correctamente. Las asanas, el nombre que reciben las posturas de Yoga, combinadas con una respiración óptima, mejoran la circulación sanguínea, lo que incide positivamente en el cerebro, extremidades y órganos vitales. Respirar de manera profunda y pausada equilibra nuestro sistema nervioso, ralentiza el ritmo cardiaco y relaja los músculos.
Además, debemos tener en cuenta la respiración diafragmática, que se inicia en el abdomen para continuar en la zona intercostal y termina en la clavícula. La espiración en cambio sigue el recorrido de manera inversa y provoca una mayor oxigenación en las células.
Aumento notable de nuestra flexibilidad
Otro beneficio de practicar Yoga es que aumenta la flexibilidad. Se trata de un beneficio muy importante ya que nos ayuda a evitar lesiones tras la realización del ejercicio. Esto se percibe ya que antes de adquirir la flexibilidad, nuestro cuerpo suele estar rígido y es mucho más propenso a la lesión.
También es importante aumentar poco a poco el tiempo en el que se mantienen las asanas. Es fundamental cuidar la alimentación, que debe ser rica en minerales como el azufre y el magnesio y en grasas Omega 3. A medida que aumenta la flexibilidad, desaparecen muchos de los dolores musculares provocados por las tensiones y por las malas posturas.
Regula el sistema nervioso
Para continuar, otro de los beneficios del Yoga es que equilibra el sistema nervioso. Estimula la relajación haciendo más lenta la respiración, lo que nos ayuda a equilibrar el sistema nervioso autónomo (Compuesto por el sistema nervioso simpático (SNS) y el sistema nervioso parasimpático (SNP). Practicar el Yoga hace que se active el SNP, el cual favorece la relajación y reduce el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. También facilita la recuperación en situaciones de estrés.
El Yoga, es una disciplina que al combinar posturas muy dinámicas con la relajación resulta mucho más eficaz como herramienta que combate el estrés. Mucho más que cualquier tipo de ejercicio de relajación que no sea combinado con una práctica dinámica. Así, conseguimos mantener un equilibrio en el sistema nervioso.
Fortalecimiento de músculos y huesos
El Yoga ayuda a tener una musculatura definida y es algo que no solo mejora nuestro aspecto físico, sino que también protege los huesos, evita lesiones y previene enfermedades como la artritis. En el caso de las personas mayores, tener un mayor fortalecimiento de músculos y huesos, reduce notablemente las caídas.
La musculatura de la que hablamos, no es la misma que se crea con los ejercicios en gimnasios, ya que evita que se acumule el ácido láctico en el cuerpo. Este ácido provoca fatiga y dolor y reduce la flexibilidad, factor imprescindible para la práctica del yoga.
En lo referido a los huesos, el yoga ayuda notablemente a su reforzamiento y frena la pérdida de masa ósea. Además, como hemos mencionado en uno de los apartados anteriores, previene lesiones y fracturas, sobre todo en personas que padecen osteoporosis. Asimismo, con la práctica del yoga, se consigue mejorar la postura corporal general, incidiendo positivamente en la salud de la columna vertebral.
Mejora del equilibrio
Por último y no por ello menos importante, esta disciplina nos ayuda a mejorar el equilibrio. Para conseguirlo, necesitamos ejercitar la conciencia que mencionamos al principio, sobre nuestro cuerpo. Solamente con una óptima alineación conseguiremos mantener un asana que requiera un nivel considerado de equilibrio.
Cuando se practica este ejercicio, es muy importante mantener nuestra concentración total en las sensaciones que produce cada postura, estando presentes en cada instante y realizando las correcciones que sea requeridas para mejorar la posición. A medida que vayamos adquiriendo experiencia, el cuerpo aprenderá cómo con un pequeño ajuste, puede recuperar el equilibrio en una sola postura.
A medida que vamos mejorando el equilibrio, también lo hará nuestra flexibilidad, algo que notarás en tu día a día haciendo tus tareas habituales, sintiéndote cada vez mejor. No olvidemos que nuestras articulaciones son las primeras beneficiadas con este tipo de ejercicios y eso lo notarás en tu organismo a nivel general.
Tipos de Yoga
Para terminar queremos mostrarte los diferentes tipos de Yoga que existen. Estas tipologías, podemos definirlas como diferentes caminos para llegar al mismo destino a través de una sola disciplina, existen cinco:
En primer lugar encontramos el Karma-Yoga, que se define como 'el sendero de la acción'. Otra modalidad de la disciplina es el Bhakti-Yoga, sendero de la devoción y del amor y el Jñana-Yoga, sendero de la indagación y el discernimiento. Y por último están el Raja-Yoga, como sendero de la introspección, y el Hatha-Yoga, que se define como el sendero del equilibrio de las energías internas.